Los ajustes del Sabadell para recuperar la rentabilidad perdida por la pandemia han tenido como consecuencia la reducción de plantilla en 1.737 empleados en los últimos 12 meses y el cierre de 323 oficinas... en un banco que estaba sobredimensionado
Nos vamos acercando al final de una de las semanas más intensas que recuerdo en cuanto a la presentación de resultados de sociedades que cotizan en nuestro Ibex 35. Intensa no solo por la concentración de fechas, sino por la situación económica tan tensa, que por momentos parece transportarnos a los inicios de la crisis del 2008, pero esta vez a causa de la energía, la situación bélica en Europa y la gestión de la postpandemia.
De momento este jueves ha presentado sus cuentas del primer semestre el Banc Sabadell y vamos a ver inmediatamente cómo le ha ido el segundo trimestre del ejercicio, después de haber salvado el primero de una forma brillante. En especial en futurología, pues su CEO, César González-Bueno, acertó de pleno con la primera subida de tipos de interés, veremos con la segunda que predijo. Aunque su cotización se ha caído un 5%, tras las cifras y los nuevos detalles que se han conocido sobre el impuesto a la banca que quiere imponer el Gobierno.
Centrándonos en números, hemos de decir que el resultado semestral obtenido ha sido de 393 millones de euros (M€), un 78,1% superior al obtenido en el primer semestre de 2021 y que mantiene la tendencia de crecimiento. Eso sí, con un ligero ajuste a la baja en este segundo trimestre, porque sin el TSB, el resultado ha sido de 338M€, con una mayor aportación a la cuenta de resultados de la filial inglesa que incrementa su resultado interanual en un 41%.
El resultado semestral ha sido de 393M€ y mantiene la tendencia de crecimiento. Eso sí, con un ligero ajuste a la baja en el segundo trimestre, porque sin el TSB, el resultado ha sido de 338M€
El margen de intereses ha crecido un 4,2%, situándose en 1.757M€, por la mayor aportación de la cartera ALCO (ese mágico comodín que equilibra el margen de interés cuando va mal la rentabilidad de los créditos) y la aportación del TSB que crece un 14,3% gracias al crecimiento de los volúmenes de hipotecas y la apreciación de la libra esterlina. La subida de tipos de interés anunciada esta semana va a favorecer a la entidad vallesana por su tipo de negocio esencialmente minorista y de pymes. La inversión crediticia de Banc Sabadell ha crecido un 3,9%, hasta los 160.835M€, de los que el 56,28% corresponden a hipotecas, de estos créditos, 44.358M€, son del TSB y han registrado un crecimiento interanual del 2,79%.
Las comisiones netas crecen un 2,8%, hasta 729M€, destacando principalmente las percibidas por gestión de activos, cuentas a la vista y las de tarjetas en este mismo orden y que representan un 59,2%. El margen bruto ha aumentado también un 6,4%, a 2.507M€, mientras que el incremento de tasas de aportación al FUR han situado la partida de otras cargas en 147M€, un 20,2% más.
Uno de los pilares de la recuperación de la cuenta de resultados del Sabadell ha sido la contención de costes, que como todas las reestructuraciones tiene sus dos vertientes: la humana y la contable. Los ajustes emprendidos para recuperar la rentabilidad perdida por la pandemia han tenido como consecuencia la reducción de plantilla en 1.737 empleados en los últimos 12 meses, con el cierre de 323 oficinas, cierto es que el banco desde hace años estaba sobredimensionado para el negocio que generaba y su digitalización dejaba mucho que desear para una entidad tan innovadora, y todo esto ha cambiado ahora. La consecuencia de estos ajustes es una reducción del 6,7% interanual de los gastos de explotación, que corresponden un 4,8% a los de administración y un 7,9% a los de personal. El margen antes de dotaciones se sitúa en 1.067M€, lo que significa un incremento del 26,3% respecto al pasado ejercicio.
El margen de intereses ha crecido un 4,2%, situándose en 1.757M€, por la mayor aportación de la cartera ALCO (ese mágico comodín que equilibra el margen de interés cuando va mal la rentabilidad de los créditos) y la aportación del TSB que crece un 14,3% gracias al crecimiento de los volúmenes de hipotecas y la apreciación de la libra esterlina
El otro de los pilares en los que la entidad Vallesana ha tenido que basar su recuperación y evitar fusiones para mantener el negocio ha sido la gestión del riesgo. Vemos al cierre del semestre que los activos problemáticos suponen 6.991M€ (-5,1% interanual), 5.714M€ son clasificados como stage3 y 1.277M€ como adjudicados, y que presentan un ratio de cobertura del 55,3%. El reflejo en la cuenta de resultados de las dotaciones en este primer semestre ha sido de 380M€ por insolvencias, un 24,8% menos que en el mismo periodo de 2021. Los activos problemáticos adjudicados ascienden a 1.277M€ y una corrección de valor de 499M€.
La gestión de liquidez continúa siendo excelente, con un crédito neto de 163.142M€ y unos recursos de clientela de 163.391M€, lo significa un ratio LTD del 97,4%. En cuanto a la solvencia, después de algunas dudas en algún ejercicio precedente por los test realizados por el BCE, el ratio CET1 Fully Loaded se sitúa en el 12,48% cuando en el pasado ejercicio cerró en el 12%. Sin en cambio sorprende la bajada del ratio de eficiencia, que queda por debajo del 50% en un 46,91%.
Pues parece que el enfermo evoluciona satisfactoriamente. La reactivación del TSB, la mejora del negocio en México y el correcto funcionamiento de las recetas para mejorar la rentabilidad en España, me hacen pensar que pasaría ahora con el proyecto de fusión con un BBVA en plena tormenta turca. ¿Se lo imaginan? Y no olviden que este último banco es, como el Santander, un desastre bursátil.