Depresión económica es cuando tu vecino ha perdido el empleo, recesión es cuando lo has perdido tú. En depresión parece claro que ya estamos, en recesión podríamos entrar a poco que nos descuidemos.

Pero esta es una crisis con varias salvedades: 

1.Es una crisis de deuda pública, tras décadas de irresponsabilidad política, donde los gobernantes han conseguido el voto cautivo gracias a la emisión continua de deuda que los bancos centrales les iban pagando.

2.Es una crisis, en Occidente, de envejecimiento de la población por una sociedad egoísta que se ha negado a tener hijos. Y eso no se arregla en un día y ha llevado a la quiebra al sistema público de pensiones.

3.Es ésta una crisis donde lo público debe resultar definitivamente arramblado. Bobaliconamente, llevamos un cuarto de siglo cantando las excelencias de lo público y mirando de recelo a la propiedad privada. Así nos va.  

4.Es una crisis con inflación, lo que dificulta que se aborde una de las asignaturas pendientes: que el IVA se convierta en el eje de la fiscalidad y que al contribuyente se le juzgue por lo que gasta y no por lo que gana.  

Y como suben los casos de Covid, el Gobierno asegura que el omicrom y Putin son los culpables de que la economía española no crezca. Está clarísimo

Y en estas estamos cuando el presidente del Eurogrupo, el irlandés, Paschal Donohoe ha dicho que la recesión (dos trimestres seguidos en crecimiento negativo) es posible. Desde Santander, Pablo Hernández de Cos dice que no puede descartar la recesión, pero sólo si la guerra de Ucrania se extiende en el tiempo o se traslada a otros países.

El miércoles Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal anunció su lucha contra la inflación y no descartó, ni mucho menos, una recesión económica.

España: un crecimiento mínimo en el primer trimestre del 0,2%, pero tranquilos, según el INE, y RTVE, la culpa la tienen las nuevas variantes de Omicron. Bueno, y un tal Vladimir Putin.

Pero sí, la recesión es algo posible, aunque no probable. Y la solución está en un cambio de modelo económico, no en ponerse la mascarilla ni en salvar al planeta.