Gianfranco Nazzi dejó ayer 2 de noviembre su cargo como CEO de Almirall para afrontar nuevos retos profesionales. El Consejo ha designado al actual presidente del Consejo de Administración, Carlos Gallardo, como CEO interino mientras la compañía busca al mejor candidato para suceder a Gianfranco, informa el laboratorio catalán.

Carlos Gallardo, presidente del Consejo de Administración, ha comentado: “En nombre del Consejo de Administración y del equipo de dirección de Almirall, me gustaría agradecer a Gianfranco su contribución a la compañía, destacando los buenos lanzamientos en Psoriasis y Queratosis Actínica, el fortalecimiento del equipo y los resultados financieros, dejando a Almirall en una excelente situación para afrontar su siguiente fase de crecimiento. Le deseamos mucho éxito en el futuro. Almirall está actualmente en un buen momento: el crecimiento sostenido de Ilumetri, la gran aceptación de los lanzamientos recientes de Klisyri y Wynzora, y los excelentes datos clínicos de lebrikizumab, cuyo dossier regulatorio acaba de ser aceptado por la EMA para su registro. Podemos estar orgullosos de tener este portafolio avanzado de productos que, junto al gran talento que tenemos en la compañía, constituyen una excelente base para nuestro crecimiento futuro”.

Tras la noticia, el valor en bolsa de la empresa caía un 5,88%.

Almirall es una compañía biofarmacéutica global enfocada en la salud de la piel. Actualmente, Almirall tiene presencia directa en 21 países y acuerdos estratégicos en más de 70, y cuenta con aproximadamente 1.800 empleados. Los ingresos totales en 2021 fueron de 836,5 millones de euros.

Cabe recordar en este punto a otra compañía catalana farmacéutica, Grifols, que se vio obligada a nombrar a un nuevo presidente ejecutivo, Steven F. Mayer, hace un mes, para salvar a la empresa familiar. ¿Qué ocurre con los laboratorios catalanes de familia?

E incluso podríamos referirnos a la familia Rubiralta Vilaseca, creadora de la siderurgia Celsa y de la empresa de material médico Werfen. Ahí hubo un divorcio entre dos hermanos, Francisco y José María, siderurgia y sanidad. Hoy, la siderurgia, Celsa, está en crisis y la sanitaria, Werfen, aguanta bien