Puma ganó el año pasado 304,9 millones de euros, un 13,7% menos respecto al año anterior, según ha informado la compañía alemana de ropa deportiva, rival de Adidas y Nike.

Los ingresos alcanzaron los 8.601,7 millones de euros, un 1,6% más. Eso sí: si se descuenta el efecto del tipo de cambio, la compañía de ropa deportiva vendió un 6,6% más.

De hecho, Arne Freundt, consejero delegado de Puma, ha explicado: "Sin la extraordinaria devaluación del peso argentino, que tuvo un importante impacto contable puntual, nuestros resultados habrían sido aún más sólidos”.

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Por zonas geográficas, la empresa alemana que tiene como logotipo un Puma saltando facturó 3.418 millones de euros en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA), un 9,8% más. En América las ventas supusieron 3.390 millones, un 8% menos. Mientras que la facturación en Asia Pacífico logró 1.793 millones, un 7,7% más. 

Para este año, Freundt vaticina un primer semestre más moderado, con el efecto del tipo de cambio aún presionando a la baja la rentabilidad, aunque el ejecutivo prevé unos resultados operativos (Ebit) en torno a 620 a 700 millones de euros, y un incremento de las ventas de alrededor del 5% al descontar el tipo de cambio.

Recuerden que en los últimos años, el conglomerado francés de lujo Kering (Ives Saint Laurent, Bottega Veneta, Balenciaga, entre otras marcas), propiedad de la familia francesa Pinault, ha ido desprendiéndose de paquetes de acciones de Puma, quedándose en 2021 con sólo un 3,96% del capital. Puma fue fundada el 1 de junio de 1948 por Rudolf Dassler, por lo que tiene más de 75 años de historia.