El Grupo PRISA, que preside Josep Oughourlian y que tiene como comisario político a Miguel Barroso, se ha convertido en el gran aparato de propaganda de Pedro Sánchez de cara a las próximas elecciones generales. Y a pesar de sobrevivir en quiebra técnica, El Pais y la SER subsisten gracias al impuesto revolucionario de sus accionistas. 

Ahora bien, te puedes dedicar a hacer periodismo-propaganda o lo que desees pero antes debes tener claro que tu empresa informativa no puede sobrevivir en quiebra técnica ni vivir del sablazo a los amigos, o no tan amigos.

PRISA realizó una ampliación de capital vía bonos convertibles, presionando muy fuertemente a sus accionistas para que acudieran. Pero ese dinero se acabó. Además, no se trataba de una ampliación de capital, con entrada de dinero nuevo, O si lo prefieren: sí había dinero nuevo pero para una refinanciación disfrazada de ampliación. Es decir, pan para hoy y hambre para mañana

En resumen, estamos ante una nueva crisis de liquidez. El dinero de la ampliación se terminó y ahora se necesita... más dinero.

El presidente, Joseph Oughourlian vuelve a amenazar a Sánchez: no pongo un euro más si no se me facilita el pelotazo en Indra. Mientras, eso sí, Barroso insiste en que en El País y en la SER no hay lugar para la disidencia. Todo ello ha hecho caer el prestigio del primer diario y de la primera cadena de emisoras de España, a las que ya en el sector se considera terminales de La Moncloa.

Y a todo ello, añadan el pulso de Oughourlian, a quien España importa un pimiento: no pondré un duro más en PRISA, señor Sánchez, hasta que no dé el pelotazo en Indra. Y por cierto, a lo mejor no consigue su ansiada escisión.  

A todo esto, seguimos sin saber a quién representa Oughourlian.