Lo primero, los datos: el Consejo de Administración del Grupo PRISA, presidido por el honorable progresista, Joseph Oughourlian, anunció el lunes 9 de enero, en sesión extraordinaria, el lanzamiento de una emisión de bonos convertibles por 130 millones de euros, nada menos que el 60% de su capitalización actual, que no alcanza los 220 millones de euros, con un interés del 1%, bajísimo. Un verdadero trágala para los accionistas semiobligados a acudir y cuya inversión sólo será presuntamente recuperable en el momento de su conversión, a cinco años vista.

Según la propia compañía, se trata de reducir deuda... que es lo que los bancos exigen para seguir proporcionando liquidez para pagar las nóminas, es decir, para seguir manteniendo el actual estatus de PRISA, un grupo empresarial que sobrevive en estado de quiebra técnica.

Cuando los medios, por ejemplo El País y la SER, abandonan la ética y se dedican a adular al poder, a Pedro Sánchez, también pierden su viabilidad económica

Pero no seamos ingenuos. No es que el especulador Joseph Oughourlian, de Amber Capital, propietario del 29,9% de PRISA, esté dispuesto a pagar dinero para apuntalar a su hermano progresista, Pedro Sánchez, en el poder. Porque Don Joseph se nos ha hecho de izquierda progre, sí, pero no hasta el punto de perder dinero en el empeño.

En otras palabras, si Amber se ha enfrascado en esa ruina de emisión convertible es porque el enviado de Moncloa, Miguel 'Cubanino' Barroso, le exige que El País y la SER continúen retorciendo la realidad para defender al indefendible Sanchismo... a fin de que Pedro Sánchez pueda ganar las elecciones generales de diciembre de 2023 y mantenerse en el poder otro cuatro años.

A cambio, exigen a sus actuales socios en PRISA, Vivendi, Santander y Telefónica incluidos, que acudan a la emisión de bonos, cuando lo lógico es que Oughourlian hubiera proclamado una ampliación de capital. Imagínense el papelón de Vivendi, Santander y Telefónica, compelidos a salvar un negocio ruinoso. Vivendi, al que  prometieron el control de PRISA y luego arrinconaron, Santander, que tuvo el poder en PRISA y La Moncloa expulsó para colocar a Oughourlian y Miguel Barroso, o a Telefónica, que por fin consiguió vender el 8% de su casi 10% a un grupo de empresarios próximo a Moncloa, capitaneados por Varela Entrecanales y ahora puede verse obligada a aumentar de nuevo su participación.

La independencia periodística es un buen negocio: el servilismo sólo supone pan para hoy y hambre para mañana

Todo ello para afianzar a Pedro Sanchez como presidente del Gobierno. No está mal.

De propina, recuerden que son títulos convertibles en acciones de PRISA, Eso significa que según el artículo 28 del Decreto sobre comunicación de participaciones significativas de sociedades cotizadas (1362/2007 de 19 de octubre), cuando se trata de cualquier título convertible en aciones se exige que todo aquel que al final del proceso supere el 3% del capital, se retrate en la CNMV. Me temo que a algunos no les va a hacer mucha gracia.

Pero insisto: Oughourlian espera que Moncloa le compense con un pelotazo en INDRA sus desvelos por alargar la agonía de El País y la SER hasta que Sánchez sea reelegido presidente. Luego ya veremos lo que pasa. Probablemente, en la próxima legislatura la propaganda política se olvide definitivamente de los medios tradicionales y se ejecute a través de las hoy denostadas -en ocasiones con razón- redes sociales.

Moraleja: cuando los medios, por ejemplo El País y la SER, abandonan la ética y se dedican a adular a Pedro Sánchez, también pierden su viabilidad económica. La independencia periodística es un buen negocio: el servilismo sólo supone pan para hoy y hambre para mañana.