Miguel Barroso y José Miguel Contreras abanderan un proyecto faraónico: que Vivendi compre Atresmedia a Planeta y en un segundo momento fusionar la TV en abierto con la plataforma Movistar+. Todo ello, al servicio de don Pedro Sánchez, naturalmente. Y todo ello daría lugar a un mapa informativo ligeramente escorado a la izquierda: RTVE, Atrresmedia y Telecinco.  

Además, desde que Iván Redondo fue expulsado de Moncloa, su sucesor, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha otorgado más poder a 'los Migueles'. Recuerden: Barroso es el hombre fuerte de PRISA, al que ha convertido en el aparato de propaganda del Sanchismo mientras Telefónica paga las facturas, pero ahora quiere más. Tras un desencuentro inicial con Presidencia, ha conseguido convencer a Sánchez de que Vivendi y los Bolloré son el instrumento adecuado para los medios progresistas españoles. O sea, que los Bolloré nos van a colonizar pero, eso sí, desde el progresismo sanchista. 

Y la ley audiovisual es una buena arma para forzar a Planeta a vender

Pero los migueles no se quedan ahí: pretenden, nada menos, que Vivendi compre Atresmedia y luego fusionar la televisión en abierto con más audiencia y pegada informativa de España con la plataforma Movistar+. Toda una potencia al servicio de don Pedro. En definitiva, Miguel Barroso y José Miguel Contreras pretenden crear el supergrupo mediático del Sanchismo pero, como siempre, con el dinero de los demás: no lo ha conseguido de Telefónica y ahora pretenden conseguirlo de un socio industrial, como Vivendi. Socio industrial, es decir, que pretenderá mandar.

Sánchez tiene verdadera obsesión con Vicente Vallés, el único personaje que se le resiste y que lanza una crítica, no muy severa, que conste, contra la política monclovita.

Pues se van a llevar un chasco. Ahora mismo, el presidente de Atresmedia, José Creuheras, no está por la labor. Consolidado el proyecto de televisión no tiene la menor intención de ceder los trastos al Sanchismo. ¿Cómo se le puede presionar? Pues, por ejemplo, con el borrador de ley audiovisual. Verbigracia, y eso es lo que pretende el bonancible Barroso, con el proyecto de ley audiovisual. Al menos, don Miguel, aquí apoyado por el otro Miguel, intenta que la nueva norma se aproveche para ampliar las penas de las concesiones televisivas si no cumplen todas las reglas. ¿Para ejercer el castigo? No, basta con colgar una espada de Damocles sobre Atresmedia para que está se vuelva más negociadora, más comprensiva con la sostenibilidad, la ideología de género y, en general, con don Pedro Sánchez Pérez-Castejón.