Lo cuenta un pequeño empresario, con un muy pequeño restaurante en Madrid: "He cerrado porque no podía pagar la luz", y la parte del león del consumo de energía era las cámaras frigoríficas.

Pero el Gobierno no se inmuta, Según Sánchez y Calviño hay algunas dificultades sí pero toda va bien y, además, el Gobierno no deja de solidarizarse con los vulnerables y obligando a los ricachos a 'arrimar el hombro'.

Miren ustedes; la pequeña empresa no cierra, porque dar de baja una actividad económica en España es un infierno burocrático, simplemente la dejan inactiva. Es decir, que las estadísticas oficiales de cierre sirven para poco.

En segundo lugar, la gran empresa no cierra, claro, pero lo que hace es reducir actividad, bloquear filiales, etc.

Total que un gobierno no muy amante de la sinceridad puede predicar que todo va bien, gracias a su gestión, mientras el mundo se desmorona a su alrededor.

En esto estamos. Especialmente, la vicepresidenta primera, doña Nadia Calviño.