PepsiCo chispea con fuerza, pues su cotización se ha revalorizado un 8% en los últimos seis meses. De hecho, el pasado miércoles subió con fuerza un 2,56% tras haber elevado sus previsiones anuales después de dar a conocer los resultados de su tercer trimestre fiscal (mediados de junio a mediados de agosto).

La multinacional de refrescos y aperitivos ha aumentado sus ventas un 11,6% en dicho periodo, algo más que en su primer trimestre (+7%) pero algo menos que en el segundo (+20,5%), hasta un total de unos 17.382 millones de euros. Por su parte, el beneficio neto se ha retraído un 2,9% en los meses de verano, hasta los 1.915 millones, mientras que en los dos trimestres anteriores se anotó fuertes subidas (del 28% y del 43%).

En PepsiCo, bajo la batuta del español Ramón Laguarta, esperan lograr un crecimiento orgánico de los ingresos del 8%, dos puntos más que el anterior pronóstico, y un aumento de “al menos el 12%” en el beneficio por acción

A pesar de esto último, están “satisfechos”, según ha señalado su presidente y CEO, el español Ramón Laguarta. ¿El motivo? “Registramos un crecimiento muy fuerte de los ingresos netos y capeamos cuidadosamente un entorno de costes y de la cadena de suministro dinámico y volátil”.

Eso sí, PepsiCo se han basado en la evolución de los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal para elevar sus previsiones: ha ganado 5.421 millones (+19,3%) y ha facturado 46.687 millones (+13,2%) entre mediados de diciembre y mediados de agosto. Así, ahora espera lograr un crecimiento orgánico de los ingresos del 8%, dos puntos más que el anterior pronóstico, y un aumento de “al menos el 12%” en el beneficio por acción. Parece que a PepsiCo le sienta bien haber dejado un poco de lado tanto progresismo, un testigo que ha cogido su gran rival, Coca-Cola, el cual sólo se dedica a refrescos y no a aperitivos.