El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, comparecerá este miércoles en la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso para explicar a los grupos parlamentarios su reforma de pensiones. Y haciendo gala del 'estilo Escrivá' se prevé que, tras la comparecencia, se convoque un Consejo de Ministros extraordinario el jueves para aprobar la reforma. 

Al mismo tiempo que el Ministro continúa con su agenda para aprobar su reforma, exige a la patronal que "Hay que estar a las duras y a las maduras (...) Es muy fácil decir que esto no es sostenible y no plantear cómo se aborda la sostenibilidad. Yo estoy esperando medidas concretas y tengo todavía la esperanza de que podamos avanzar en el poco tiempo que queda". Es decir, pide propuestas pero la realidad es que no ha habido negociación, como aseguraban ayer ATA y CEOE: “no puede decirse que sea una negociación, sino una claudicación", "pagaremos más impuestos, cobraremos menos pensión y trabajaremos más años".

La propuesta es un acuerdo que Escrivá consensuó con el PSOE, con Podemos y, supuestamente, con Europa, y a la mesa ha llegado de manera cerrada. Propuesta que ha sido criticada por los principales agentes sociales, también por varios expertos en pensiones y hasta por FEDEA, que ha advertido de que las medidas son insuficientes para restablecer el equilibrio del sistema.

A falta de conocer si las reuniones de urgencia que mantienen desde el viernes patronal, sindicatos y Ministerios supondrán algún cambio en el texto, cosa que parece poco probable, CEOE, CEPYME y ATA siguen mostrando su rechazo frontal a las medidas.

El Presidente de ATA, Lorenzo Amor, señalaba así el cambio más que evidente que ha sufrido Escrivá desde que estaba en la AIReF cuando gobernaba el PP hasta ahora que se ha convertido en Ministro con el PSOE, recuerdo y reproche al que se ha sumado el Presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que ha recriminado al Gobierno que haya presentado la reforma como si fueran "lentejas", "hurtando el debate". Garamendi ha advertido de que la reforma "lastrará de forma dramática" la competitividad de España porque los ingresos del sistema "se cargan" sobre las empresas.

Luego tenemos al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha afirmado que su propuesta es "mantener la sostenibilidad del sistema" y no dejar "un enorme agujero que ponga en riesgo las pensiones de ahora y los que tienen expectativas de cobrarla", pero tampoco se atreve a decir más, ni a proponer nada. 

Y es que, resumiendo, la reforma hará que se paguen más impuestos a través de las ya muy elevadas cotizaciones sociales, y encima no se cobrará más pensión, sino menos, todo ello con el consiguiente riesgo que supone para la creación de empleo. A ver qué empresario o autónomo va a contratar si cada vez es más difícil y más caro, algo que estamos viendo con la Reforma Laboral y que ahora acentuará la reforma de las pensiones. 

Por tanto, las medidas que ni Sánchez ni Escrivá tomarán y que debería tomar, y las exigencias que Feijóo no planteará, porque no son nada populares de cara al año electoral, son estas: retrasar bruscamente la edad de jubilación, instaurar el salario maternal, para fomentar la natalidad y eliminar las cotizaciones sociales y sustituirlas por IVA, al menos, en los salarios más bajos.