No eran malos los resultados del primer trimestre, anunciados días atrás. Sin embargo, el mercado los recibió fatal, con una caída del 5%: sencillamente, no se habrían cumplido la previsiones sobre Telefónica de España, convertida en el gozne de todo el Grupo y la maldición bursátil volvía a sobrevolar el Distrito C.

En la filial clave, España, además de Gayo y Oslé, se consolidan otros dos directivos: Adrián García Nevado, empresas, y Óscar Candiles, minorista

Hoy, la filial española del entramado (23.000 de los 107.000 empleados en todo el mundo), presidida por Emilio Gayo, con Sergio Oslé como consejero delegado, se ha convertido en el gozne de la gestión de la compañía. Sí, aumenta en ingresos pero también crecen los gastos y el margen se angosta. Solución: reducir costes pero ojo, costes comerciales. La reducción de plantilla en Telefónica ya es habitual y progresiva, sin saltos. Vamos, que no habrá eres ni programas colectivos de bajas incentivadas. Eso sí, el teletrabajo gusta cada vez menos al Consejo de Administración. 

Hombre, en 25 años se ha pasado de 77.000 empleados en Telefónica de España a los 23.000 actuales, menos de la tercera parte y siempre de acuerdo con los sindicatos, lo que ha costado un dinero. 

Tampoco se reducirá la inversión en contenidos. En fútbol, a pesar de que se compraron los derechos de la Liga muy altos, la reventa ha servido para reducir los costes, mantener la clientela y estabilizar el número de clientes de alto arpu. Ahora bien, se invertirá más en series resaltando según dicen en la operadora, aquello que ha consolidado a Telefónica como el primer productor audiovisual de España.

Aclaración importante: Pallete impulsa un cambio en contenidos: se trata de dejar de flagelar la historia de España y dejar en paz los valores de los españoles. Al menos, esas son las órdenes. Y no necesito aclarar que, si así se hace, supondrá un giro copernicano, desde aquellos contenido ultraprogres de anteayer, que consiguieron dos fracasos en uno: dañar la reputación corporativa de la compañía, además de un desastre de taquilla. O como alguien, en el propio Distrito C, sentenció: encabronar a muchos y aburrir a todos.

Telefónica se ha convertido en el principal productor individual de España. Además, Pallete impulsa un cambio en contenidos: dejar de flagelar la historia de España y los valores de los españoles. Al menos, esas son las órdenes

Volvamos a Telefónica de España, principal objetivo actual de la dirección: la clave está en mejorar, mediante reducción de costes, el Oibda de Telefónica de España. Ya saben, margen de de explotación, considerando depreciación y amortizaciones. Si mejora ese margen, el presidente Álvarez-Pallete podrá conseguir su objetivo de mantener los prometidos 30 céntimos por acción y colocar los títulos en la frontera de los 5 euros. No tengo que explicar que lo uno va unido a lo otro.

No es un objetivo inalcanzable aunque los resultados del primer trimestre en la filial española no hayan gustado... tampoco en el interior de la propia Telefónica. Y no es inalcanzable porque el Arpu de Telefónica de España crece y el número de clientes, también... pero hay que reducir costes, sobre todo costes comerciales. 

Y por reducción de costes en Telefónica de España, insisto, no debe entenderse cambios en el equipo directivo, que no los habrá, ni reducción de plantilla, que seguirá siendo gota a gota. En su país de origen, Telefónica seguirá presidido por el precitado Emilio Gayo. Y esto representa un viraje. Recuerden que, cuando Sergio Oslé fue nombrado consejero delegado de Telefónica de España, se decía que a Emilio Gayo le quedaban seis meses. Pues no será así. Gayo se ha quedado y, por el momento, se queda. Además, al oro y la plata unan dos bronces, dos nombres que conviene recordar: Óscar Candiles, negocio minorista y Adrián García Nevado, responsable de empresas.