Que pague por las autovías el que circule por ellas
La radial madrileña R-4 (Madrid - Córdoba) perdió 4,6 millones de euros en 2022 a pesar del aumento del tráfico, que en las autopistas gestionadas por la empresa pública Seitt fue del 10% respecto al año anterior. La misma suerte corrieron la AP-41 (Madrid – Toledo), que perdió 3,2 millones de euros, la M-12 (Eje Aeropuerto de Madrid), que perdió 1,2 millones y la Circunvalación de Alicante AP-7, con pérdidas de 1,3 millones.
De todas estas, las que centran la atención son la R-4 y la AP-41, que acumularon 7,8 millones de euros en números rojos, no por un descenso del tráfico sino por sus elevados gastos de explotación. Es decir, no perdieron por una razón circunstancial sino por algo estructural, y eso es más complicado de corregir.
La cuestión es: ¿qué precio habrá que pagar para circular por las autovías españolas, cuando el próximo gobierno instaure el modelo de pago por uso, acordado con Bruselas? Porque si algo necesitan las carreteras españolas en general y las autovías en particular es una puesta a punto urgente. Y eso, arreglar los innumerables baches, son muchos millones de euros.
Por cierto, a todo esto, aún no conocemos la factura final que tendrá que pagar el Estado -con dinero de los contribuyentes- por la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), por las autopistas quebradas. Añadan esa cifra a los baches y al mantenimiento habitual de las vías.