La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) continuará produciendo dos millones de barriles diarios menos, ratificando así su decisión de hace dos meses: mantener alto el precio de los carburantes en todo el mundo.

Lo ha abordado de esta guisa la llamada OPEP+, es decir OPEP más Rusia. Para entendernos, Rusia es el principal productor del gas del mundo y el séptimo de petróleo. Ahora bien, la relevancia del gas en el sistema económico mundial ha ido creciendo y ahora la OPEP del crudo y la OPEP del gas, capitaneada por Rusia y por Irán, chantajean a Occidente con especial saña.

No olvidemos que el enemigo de Occidente está antes en Riad y en Teherán que en Moscú

No olvidemos que la actual crisis económica tiene su origen próximo en el precio de la energía, que ha disparado la inflación de todos los productos en todo Occidente.

Además, el Occidente verde, sobre todo Europa, ha renunciado a la producción de  gas por fractura hidráulica y ahora se lo compramos a Estados Unidos al doble de precio... y la Norteamérica del muy verde Biden se está forrando violentamente gracias al 'fracking', prohibido en Europa, donde somos así de borregos.

Es decir, vista la decisión de la OPEP, que ahondará la crisis económica en todo Occidente, especialmente en Europa, ¿seguro que Vladimir Putin está perdiendo la guerra de Ucrania? Por no hablar del peligro nuclear.

No hay que humillar a los ucranianos, naturalmente, que son los que más han sufrido, pero sí acordar la paz con Putin y, sobre todo, instar el reingreso de Rusia en la cristiandad

Y ojo, no olvidemos que en la decisión de la OPEP pesa menos la influencia de Rusia y de Irán que la de la Arabia Saudí de Ben Salman, presunto aliado y amigo de Occidente. Vamos, que en Occidente somos verdes y tontos... que no es exactamente lo mismo pero en 2022 lo parece.

Más nos vale firmar un acuerdo de paz con Putin y no sólo eso: volver a atraer a la Rusia cristiana de allí de donde nunca debió salir. Es decir, de Occidente. No hay que humillar a los ucranianos, naturalmente, que son los que más han sufrido, pero sí acordar la paz con Putin y, sobre todo, el reingreso de Rusia en la cristiandad, tras la caída del imperio soviético.