El mexicano David Martínez (3,8% del Sabadell) acudirá al canje propuesto por el BBVA. Así lo anunció en el documento remitido por la entidad a la CNMV, en la tarde de este martes.

“He decidido participar en la oferta presentada por BBVA porque considero que la futura consolidación en España de ambas instituciones dará lugar a una entidad aún más competitiva”, afirmó. La decisión de Martínez podría arrastrar a los fondos de inversión y, en último término, lograr que el BBVA supere el umbral mínimo de aceptación del 50% y, con ello, sacar adelante la OPA sobre el Sabadell.

La decisión de Martínez es importante porque, además de ser el máximo accionista individual, es miembro del Consejo de Administración y conoce a la perfección al Sabadell. Por eso, no sería extraño que los demás accionistas institucionales, que no tienen representación en el Consejo, le sigan en su decisión.

Porque el Consejo de la entidad vallesana, como era de esperar, volvió a rechazar la oferta. En primer lugar, porque sostiene que la oferta actual es inferior a la inicial. Además, la oferta valora implícitamente la acción del Sabadell en 3,36 euros, un importe que continúa “infravalorando” la entidad independiente y sus perspectivas de futuro.

Otrosí: la prima de control, habitualmente situada en el 40% en operaciones similares, es “prácticamente inexistente”. Por último, el consejo del Sabadell argumenta que la revalorización del banco, del 90%, no se debe a la OPA sino a las favorables perspectivas de futuro como entidad independiente.

Y para seducir a los indecisos, el Sabadell anunció también este martes un aumento de la retribución al accionista con cargo al ejercicio 2025 hasta los 1.450 millones de euros, frente a los 1.300 millones iniciales. Concretamente, anunció el pago adicional de 7 céntimos de euro brutos en efectivo, el próximo 29 de diciembre.

Carlos Torres, por su parte, está poniendo toda la carne en el asador y en la tarde del lunes el BBVA anunció un dividendo a cuenta récord de 32 céntimos por acción, un 10,3% más que en 2024. El dividendo será íntegramente en efectivo y se distribuirá el 7 de noviembre, siempre y cuando la OPA se haya liquidado para entonces. Si no es así, el dividendo se repartirá tres días hábiles bursátiles después de la fecha en la que se haya liquidado, suponiendo que la OPA tenga éxito.

“Esta evolución refleja la solidez de los resultados del Grupo BBVA, que en los últimos años ha elevado el dividendo total de 31 céntimos de euro en 2021, a 43 céntimos de euro en 2022, hasta 55 céntimos de euro en 2023 y a 70 céntimos de euro en 2024, el mayor dividendo abondado desde 2007 por BBVA”, afirmó la entidad en un comunicado.

Sea como fuere, la promesa del BBVA se queda por debajo del dividendo del Sabadell, que incluye los 50 céntimos anunciados para cuando cierre la compra de la filial británica TSB al Santander, prevista en el primer trimestre de 2026.

Lo que está claro es que Torres está haciendo todo lo que está en su mano para sacar adelante la OPA sobre el Sabadell, a pesar de insistir en que no pasa nada si al final no triunfa. Anda, que si llega a pasar… Lo que sucede es que si fracasa, Torres tendría que dimitir.

Una última consideración: ante la subasta de dividendos de ambas entidades, la pregunta que se hacen los accionistas es: ¿Por qué no lo hicieron antes? ¿Acaso antes no podían y ahora, con la misma evolución del negocio, sí?