
Las cifras del acuerdo entre el Gobierno socialista de Madrid y el Gobierno socialista de Cataluña sobre financiación singular, has sido rechazadas hasta por los independentistas catalanes de Junts y de ERC, que ya es rechazar.
La traducción del acuerdo entre Moncloa y la Generalitat, entre Pedro Sánchez y Salvador Illa, que a Puigdemont y a Junqueras les parece insuficiente, lo explica como nadie la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, porque se le entiende todo: que Sánchez les da a los indepes 25.000 millones de euros que ellos están descontentos porque querían 57.000 millones.
Ahora bien aquí ocurre lo mismo que con el puritanismo animalista. Los puritanos no se oponen a los toros porque sufra el toro sino porque el taurino disfruta demasiado.
Quiero decir que el acuerdo entre Madrid y Barcelona que, como creo haber dicho antes, no agrada a los secesionistas, con lo que hemos hecho un pan como unas tortas, no se para en agravios comparativos sino que llega mucho más allá: forma parte de una huida hacia adelante del Sanchismo hacia un régimen totalitario: no sólo supone una subida de impuestos sino que, encima, pretende que ningún otrora poder del Estado, por ejemplo una comunidad autónoma, por ejemplo del PP, pueda bajar los impuestos incluso dentro de su margen de maniobra... que tampoco es que sea muy amplio.
Ha tenido su gracia, la presidente de Madrid, Isabel Ayuso, cuando define al Sanchismo como un grupo de "papagayos sincronizados". Ejemplo: el Sanchismo, todo el Sanchismo, aboga ahora por subir aún más los impuestos, en nombre de lo público, para ahogar a familias, profesionales, autónomos y pymes, a todo lo que sea pequeño. Apuesta por un ataque a la propiedad privada con el que, siguiendo del mandato de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), la Agenda 2030 y el Foro de Davos, no tendrás nada y serás feliz. y el Foro d davos.
Y así, en El Economista, Julio de Manuel hace un espléndido trabajo de lectura más que recomendada. Se trata de un informe del Banco de España, del inefable gobernador socialista José Luis Escrivá, quien apuesta por aquello con lo que la succionadora de bolsillos ajenos, María Jesús Montero, aboga desde hace un tiempo; nada de reducir impuestos sobre sucesiones y donaciones, deducciones que iniciara Madrid y luego siguiera Andalucía. Aquí todos a pagar una bestialidad por herencias y donaciones, hasta el punto de que muchos hijos, en regiones como Asturias, renuncian a la herencia de sus padres, generalmente el domicilio familiar, porque el Estado aprovecha para meterles la mano en el bolsillo.
Al mismo tiempo, con motivo del preciado acuerdo catalán, resulta que no sólo se da más dinero a los catalanes con el único propósito de que mantengan al señor Sánchez en La Moncloa -por siete votos tienes el culo roto- sino que prohíben al mismo tiempo, con motivo del precitado acuerdo catalán, y en la línea del muy exquisito Banco de España, a los gobiernos regionales que aligeren la carga fiscal por vía de la exención del impuesto de patrimonio. Ni que decir tiene que todo impuesto sobre herencias y donaciones lo es. Es un gravamen injusto, porque se está pagando por un patrimonio por el que ya pagaste... y por el que seguirás pagando toda la vida. Todo impuesto sobre el patrimonio es un ataque contra la propiedad privada.
En resumen, el Sachismo no se conforma con el subidón de impuestos reales que ha provocado, quiere más. Quiere que... "no tengas nada en propiedad y seas muy feliz".











