De puertas afuera, la situación en el seno del Consejo de Administración del BBVA es estupenda y todos sus miembros están a partir un piñón con su líder indiscutible, Carlos Torres, incluido el consejero delegado, Onur Genç. “Es un fuera de serie como persona, como profesional, como líder de equipo y lo ha demostrado con los resultados”, afirmó Torres tras ser preguntado por Genç durante un desayuno organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), celebrado a finales de febrero.

La realidad, sin embargo, es bien distinta. Como adelantó Hispanidad y hemos contado durante los últimos meses, la situación de Torres es de máxima debilidad y su relación con el turco no ha mejorado lo más mínimo, de tal manera que la situación ha llegado a un punto de no retorno: si no logra cesar a Genç, será él quien caiga.

Conviene recordar que el turco cuenta, por un lado, con el apoyo de su máximo valedor, el presidente de aquel país, Erdogan, para quien el BBVA constituye el nexo de unión con la banca europea y el BCE, a través de Garanti, la filial del banco en Turquía. Para Erdogan, cuyo anhelo por entrar en la UE sigue intacto a pesar del rechazo de Bruselas, tener un vehículo de conexión con Europa es vital, y en ese contexto, la continuidad de Genç en BBVA es prioritaria.

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Pero, además, como los enemigos de mis enemigos son mis amigos, Genç cuenta con el apoyo de Jaime Caruana y José Miguel Andrés Torrecillas, cuyo asedio al presidente, adelantado por Hispanidad, no ha cesado durante todos estos meses y explica el fracaso de Torres para sustituir a Genç por el portugués Raul Galamba de Oliveira, consejero coordinador de la entidad, uno de los 'fichajes' de Torres cuando remodeló el Consejo en 2020, según El Economista. Galamba, ex McKinsey, como Torres, especialzado en el sector financiero y con fama de duro, llegó a dirigir la consultora en España y Portugal entre 2005 y 2011. Galamba, de momento, seguirá como consejero coordinador.

A la falta de liderazgo se suma, además, la metedura de pata (otra más) de Torres en el caso Villarejo, al seguir las indicaciones del bufete de abogados. Al parecer, los chicos de Garrigues creen que la mejor estrategia para defender la inocencia del banco consiste en cabrear al juez García-Castellón. De momento no está funcionando y, en vísperas de que el caso entre en fase de juicio oral, la persona jurídica BBVA continúa como imputada.

Si entra así en juicio oral, el juez podría llamar a declarar a Torres y a todos y cada uno de los otros 14 miembros del Consejo de Administración de la entidad. Y eso no es bueno para la reputación, ni la de ellos ni la del banco.