El grupo asegurador Mapfre, que tiene como presidente y CEO a Antonio Huertas, sigue yendo sobrada en solvencia, cuyo margen crece del 192,9% al 201%
Entramos en la segunda semana de presentaciones de los resultados correspondientes al primer semestre del ejercicio. Este lunes, Mapfre pasa por el regulador. Su presidente, CEO y portavoz (las compañías aseguradoras gustan de la concentración de poder y esta no necesita CEO, según señaló el director general corporativo financiero, Fernando Mata, hace unos meses, defendiendo el modelo), Antonio Huertas, ha anunciado que la compañía ha obtenido un resultado neto atribuido de 364,0 millones de euros (M€), lo que supone un 34,5% más que en el pasado ejercicio, basado, básicamente, en los resultados de otras actividades (-19,4M€), que recogen en este ejercicio las plusvalías extraordinarias por las ventas de la plataforma Rastreator, Preminen e Industrial Re, junto con alguna inversión conjunta con Swiss Life, mientras en el pasado ejercicio esta partida recogió provisiones como consecuencia del Covid-19 por unos 49M€.
El negocio asegurador ha obtenido en el semestre un resultado neto de 659,6M€, un 1,5% inferior al obtenido en 2020, siendo la aportación del ramo vida, de 69,6M€, un 24,1% inferior, a pesar del crecimiento del 30,5% en el área geográfica de Iberia.
Los ingresos ascienden a 14.083,1M€, un 6,1% más. Las primas imputadas netas, 8.438,0M€, suponen un incremento del 0,46%. Las emitidas para no vida crecen en un 6,7%, con la incidencia determinante de la renovación de la póliza bianual con la petrolera mexicana Pemex que significó un ingreso por 469M€ en el área geográfica de Hispanoamérica norte y que casi por si sola compensa el impacto del descenso de los tipos de cambio, que con cambios constantes también hubiesen crecido un 6,7%. El crecimiento en vida ha sido del 4,3%. Los ingresos por inversiones financieras, 1.374,3M€, crecen un 14,9%, ya que en el 2020 sus carteras de inversión se vieron bastante afectadas por su pérdida de valor. Las diferencias de cambio, 713,4M€, están prácticamente compensadas con las pérdidas por el mismo concepto, 702,2M€.
Las primas emitidas para no vida crecen en un 6,7%, con la incidencia determinante de la renovación de la póliza bianual con la petrolera mexicana Pemex, que significó un ingreso por 469M€ y que casi por si sola compensa el impacto del descenso de los tipos de cambio. El crecimiento en vida ha sido del 4,3%
La siniestralidad neta crece un 9,5%, hasta los 6.275,3M€, como consecuencia del incremento sufrido en el ramo de vida, ya que la ratio de siniestralidad de no vida ha sido del 66% y supone una reducción del 1,6% respecto al pasado ejercicio. La compañía no facilita la siniestralidad en vida, que se intuye muy alta por comparación de cifras. Los gastos de explotación se reducen en un 5,4% y otros gastos crecen en 60,2M€ en comparación anual.
Por áreas geográficas, Iberia, y más en concreto España, continúa siendo el motor que mueve la compañía, a pesar de los peores resultados registrados en el ejercicio comparativo, con 206M€ de resultado atribuido, un 6,8% inferior al 2020. De estos, 204M€ corresponden a España (-6,3%), registrando: plusvalías por 42,4M€ por Rastreator y Swiss Life, provisiones por ajuste de plantilla por 65,2M€, más un crecimiento del 7% en primas emitidas. Sólo objetar que el ratio combinado empeora en un 2,4%, hasta el 96,2%. Brasil rebaja su ROE en un 1,4% y en un 9,1% las primas imputadas.
Hispanoamérica norte, donde la operación de Pemex en México hace crecer un 79,9% las primas emitidas en no vida y bajan un 22,3% las de vida, y donde todos los países rebajan su resultado atribuido respecto al obtenido en 2020. En Norteamérica, EEUU reduce su resultado atribuible en un 34,6% y en un 8,1% las primas emitidas y aceptadas. Por último, Eurasia ha reducido en un 4,9% sus primas emitidas y aceptadas, presenta una reducción en su beneficio neto del 39,1% y es el único área que presenta un ratio combinado por encima del 100% (101,8%), lo que significan ingreso por debajo de costes más gastos.
Iberia, y más en concreto España, continúa siendo el motor que mueve la compañía, a pesar de los peores resultados registrados en el ejercicio comparativo, con 206M€ de resultado atribuido, un 6,8% inferior al 2020
La deuda de Mapfre continúa creciendo y los 3.072,8M€ suponen un crecimiento del 2,65%, con un ratio de apalancamiento del 23,7%, cuatro décimas superior al del ejercicio 2020. Cifras que son importantes.
En el apartado de solvencia, el margen crece del 192,9% al 201%. Algo han tenido que ver las desinversiones realizadas en el ejercicio, pero como ya me he expresado en otras ocasiones, el sistema de regulación de solvencia de las entidades aseguradoras, en comparación con las financieras, me resulta bastante laxo, al igual que su sistema de supervisión, en especial con entidades como mutuas aseguradoras con el tamaño y negocio de una grande como Mapfre.
La peladilla que Mapfre tiene con la salida de Bankia Mapfre Vida de su perímetro de consolidación como consecuencia de la fusión entre Caixabank y Bankia puede suponer encajar un ajuste negativo en su resultado, pero mirando solo la parte positiva, la compañía solo se fija en la posible mejora en solvencia, de la que va sobrada.
De momento el mercado está recogiendo de una forma bastante impasible las cuentas presentadas: la cotización subía un 1,53% a una hora del cierre de sesión.