Malos resultados de Telefónica durante el primer semestre. Se arrastran las consecuencias introducidas por la venta de Telefónica Argentina y otras unidades hispanoamericanas, en el peor momento. Si la previsión para fin de año era, como anticipara Hispanidad, de 7.000 millones de pérdidas, ya llevamos buen camino: en el primer semestre los números rojos se han 'reducido' sobre el primer trimestre, en una sorprendente periodificación contable, hasta los 1.400 millones de euros, pero la previsión oficiosa sigue siendo la de los 7.000 millones.

Los analistas no se han rasgado las vestiduras, simplemente aseguran que ya estaba previsto. No sé si de trata de un triste consuelo, aunque advierten sobre aquello sobre lo que ya castigaron a Telefónica duramente: la deuda vuelve a crecer y el apalancamiento sobre ebitda ya alcanza el 2,78. Cuidado.

Reino Unido y Alemania siguen siendo dos problemas sin solucionar. Encima, la deuda crece y el apalancamiento sobre ebitda también. Un cambio sustancial respecto a la etapa Pallete

Veamos: lo cierto es que bajan los ingresos, baja el ebitda y estamos en pérdidas mientras se anuncia -¿maniobra de distracción?- la sustitución de dos consejeras veteranas por otras dos jóvenes con escasa o nula experiencia en el negocio. Y lo peor de todo: da la impresión de que el equipo Murtra no sabe qué hacer.

Seamos sinceros; hoy Murtra tenía dos posibilidades: o culpar a la anterior dirección, de Álvarez-Pallete, de la herencia recibida que, además, seguro que en algo, poco o mucho, tiene razón. O bien, también puede optar por proyectar el fracaso hacia adelante y proponer un plan para salir del agujero. No ha hecho ni lo uno ni lo oro. No ha hecho bien lo uno ni lo otro.

Y eso aún que fuera a costa de reducir plantilla -como ya adelantara Hispanidad-, tal como propuso el vicepresidente Carlos Ocaña. 

Lo único que aguanta previsiones de ingresos es Telefónica de España, mientras Brasil sigue pendiente de su divisa y de la extraña amistad, sin duda peligrosa, que ha unido al comunista Lula da Silva y al socialista Pedro Sánchez en el master de progresía global. 

Por su parte, Reino Unido y Alemania siguen siendo dos problemas sin solucionar. Y la guinda de la tarta: que Javier de Paz se esté quietecito como presidente de Movistar+ y no convierta el apartado vídeo, con ayuda de su 'sherpa', José Miguel Contreras, en un saco extra de pérdidas.

Como esto siga así, Murtra puede durar menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Y no olvidemos que, insistimos, ya tiene un posible sustituto: el vicepresidente, Carlos Ocaña.

Pero Rodríguez Zapatero, señor de Telefónica, sabe que con Carlos Ocaña no podría hacer y deshacer a su antojo en la compañía. El hombre de Huawei manda sobre el precitado Javier de Paz, sobre el CEO, Emilio Gayo, sobre Marta Machicot, sobre el secretario general, Pablo de Carvajal pero no sobre Carlos Ocaña, hombre de Pedro Sánchez y de Florentino Pérez.

Lo malo es que Ocaña y Murtra, hombre de Sánchez, se miran de reojo; el uno quiere mantener el cargo de presidente y el otro pretende arrebatárselo.

A lo mejor, creando una doble presidencia...