La deuda del conjunto de las administraciones públicas registró en diciembre la cifra de 1.502.505 millones de euros. Lo que supone 75.267 millones más, un 5,3% más, en comparación interanual. 

De esta manera, la deuda pública terminó el año 2022 en el 113,1% del PIB, 5,2 puntos porcentuales menos que en 2021, según los datos avanzados este viernes por el Banco de España. 

El objetivo del Gobierno para el año 2022 era situar la deuda pública en el 115,2%.

Por ello, desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital -que dirige Nadia Calviño-  se han apresurado a celebrar el dato: “Desde el nivel máximo alcanzado durante la pandemia (120,4%), la ratio deuda PIB se ha reducido ya en más de 7 puntos, una reducción muy superior a la prevista, lo que pone de manifiesto la prudencia en las estimaciones, el compromiso del Gobierno con la responsabilidad fiscal y la gestión eficiente de los recursos públicos”.

Sin embargo, cabe recordar que las reglas fiscales de la UE -que fueron interrumpidas por la pandemia y ya llevan 4 años interrumpidas-, consisten en lograr que cada estado miembro sufra un déficit que no sobrepase el 3% y una deuda del 60% del PIB. 

Esta semana, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo lo siguiente: “Es el momento de avanzar a posiciones fiscales más prudentes” en los países europeos, dado el contexto de alta inflación y subidas de tipos.

Y prudente no es mantener una deuda del 113,1% del PIB. Por mucho que Calviño se empeñe en celebrar los datos…