Lidl seguirá apostando por España, donde se mantiene en la tercera posición en cuota de mercado, tras Mercadona y Carrefour. Y es que su apuesta por el low cost le ha llevado a récords de beneficio neto y ventas, incluso antes de que se disparara la inflación.

La cadena de supermercados es una filial de la alemana Lidl Stiftung, que se integra a su vez en el Grupo Schwarz (cuarto operador mundial de distribución alimentaria), sigue creciendo en nuestro país, donde está presente desde hace más de 25 años. Su beneficio neto ha aumentado un 27%, alcanzando el récord de 190 millones de euros, en su último ejercicio fiscal (marzo de 2021 a febrero 2022), según se reflejan en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil y a las que han accedido El Economista y Cinco Días. Por su parte, el margen neto ha mejorado un 0,6%, al 3,7%, y el margen operativo ha ascendido al 4,77%.

Ojo, crece su deuda con los bancos: ya es un 23% superior a la del ejercicio precedente y conlleva intereses. Es lo que tiene la subida de tipos de interés por parte del BCE

Lidl también ha registrado un récord de ventas, que han subido un 6,6%, a 5.144,4 millones, frente a las de 4.825 millones del ejercicio anterior. Buenas cifras, aunque aún no se había disparado la inflación, y se debe tener en cuenta que ya había empezado a repercutir parte de esa subida de precios y de costes en algunos productos.

Una apuesta low cost que también va ofreciendo cada vez más calidad y que sigue ganando presencia. Se mantienen las inversiones en el crecimiento de su red, que ya alcanza las 647 tiendas, a las que se suman las 11 plataformas logísticas, empleando a más de 17.500 personas. Eso sí, también ha aumentado su deuda con los bancos: ya supera los 1.200 millones, siendo un 23% superior a la del ejercicio precedente, y encima conlleva intereses (algo a lo que perjudican las subidas de tipos de interés por parte del BCE). Además, aunque presume de colaborar estrechamente con más de 900 proveedores nacionales, recientemente agricultores de ASAJA y UPA han denunciado los abusos de Lidl y DIA al vender patata de cámara francesa como si fuera nueva española y desestabilizar precios.