El BCE llegará “tan lejos como sea necesario para devolver la inflación al 2%”, afirmó Cristine Lagarde este martes, durante la inauguración del foro sobre banca central celebrado en la ciudad portuguesas de Sintra.

La presidenta del BCE, además, quiso demostrar que el compromiso es serio y anunció que, además de la tasa de depósito, subirá los otros dos tipos de interés: el principal de refinanciación y el marginal de crédito. Los tres, un 0,25%.

En otras palabras, a partir del uno de julio, momento en el que, además, el BCE dejará de comprar deuda soberana, lo pasaremos muy mal. Por cierto, todavía no conocemos en qué consistirá el mecanismo anti-fragmentación que aplicará el BCE a los 'tontos de la clase' (España, Italia, Portugal y Grecia)… ni las contrapartidas que exigirá. El BCE seguirá comprando nuestra deuda aunque no sabemos cuánto ni cómo.

Lo único que sabemos hasta el momento es que en Fráncfort están trabajando en ese mecanismo anti-fragmentación, para evitar que el interés de la deuda de los países más apalancados se dispare y provoque fragmentación en la UE.

El anuncio de Lagarde animó la cotización de los bancos, que en la segunda mitad de la jornada subían más que el Ibex.