Junta de accionistas de INDRA. Si leen el comunicado oficial ni se habla de la posible operación de la compra de EME por parte de Indra, pero la sombra de la operación planea sobre la compañía. Y los proxis incluso han maniobrado contra su reelección.

Por resumir: los hermanos Angel y Javier Escribano tienen mucho mérito. Unos emigrantes de Cuenca que llegaron a Madrid con lo puesto y que se han convertido en una industria puntera (EME), mucho más que una ingeniería porque, además de diseñar, les gusta producir, fabricar aquello que se puede tocar. 

Ahora bien, en el sector del armamento, sólo hay un cliente: el sector público. Y, de lo general a lo particular, el Estado español y, en esas circunstancias, se hace todavía más inadmisible que Indra compre EME. 

Los Escribano no venden Minsait, aunque querían hacerlo, sino que compran empresas y activos, sea Duro Felguera, Santa Bárbara, IVECO o lo que corresponda. Quieren ser la "empresa tractora" de defensa española en tierra, como Navantia aspira a serlo en el mar... y eso está bien. 

A pesar de toda la campaña en su contra, queda ahora claro por qué se marchó Luis Abril: por oponerse a la vergonzante operación EME

Lo que no está nada bien, es que el presidente de una empresa cotizada, Indra, compre una empresa propiedad suya, EME, porque a ver quién es el guapo que fija el precio. 

Y ahora volvamos a la Junta y vamos con el accionariado de Indra. Asegura la compañía que Ángel Escribano ha sido reelegido como presidente casi por unanimidad. Sí, es verdad, aunque los vascos de Sapa tuercen el gesto, porque se están quedando atrás en poderío pero se ven obligados a seguir en el barco, y aunque Joseph Oughourlian le importa un pimiento el proyecto industrial y lo que quiere es dar un pelotazo a lo grande que le compense por sus pérdidas en Prisa. 

Pero insisto: en un accionariado donde entre el Estado (SEPI), los Escribano (EME), SAPA y Amber (Oughourlian) suman el 58% el capital pues no es difícil que el presdiente sea reelegido.

Sin título

Además, los Escribano están dispuestos a crecer y a aprovechar el viento de popa que sopla con el aumento de gasto militar (no tanto como el que pretende Donald Trump pero un buen fajo sí que representa). Se trata de que el aumento de presupuesto de defensa no termine en comprarle armas al complejo militar industrial norteamericano, sino en disponer de capacidad de diseño propia. 

En resumen, en la junta se ha hablado de crecer y eso está muy bien. 

De lo que no se ha hablado, ni para afirmar ni para negar, es de que Indra compre EME.  Pero eso no significa que los Escribano hayan cejado en su empeño. Una operación que hasta en la misma SEPI despierta reticencias. ¡Y mira que este Gobierno tiene tragaderas!

Nota al margen: la Junta también ha servido para colocar a cada cual en su terreno. A pesar de toda la campaña en contra, donde se le ha llamado de todo menos bonito, el consejero saliente, Luis Abril, hasta ahora ceo de Minsait, que ha elevado esta división a objeto de deseo de los fondos y que ha salvado la cuenta de resultados de Indra durante dos años. Pues bien, queda ahora claro por qué se marchó Luis Abril: por oponerse a la operación de compra de EME por Indra. Y en efecto, la operación, insisto, es impresentable: un pelotazo innecesario de los hermanos Escribano. 

Pero los Escribano no cejan en su empeño y Manuel de la Rocha, el poderoso fontanero de Moncloa, el que cesó a Álvarez-Pallete como presidente de Telefónica, les apoya. ¿Y Marisu Montero, ministra de Hacienda, de quien depende la SEPI, principal accionistas de Indra? Ante Rocha no tiene nada que hacer.