Carlos Torres y la familia March huyeron de Isofotón tan pronto como se dieron cuenta de lo que allí se cocía
El caso Isofotón continúa adelante en los tribunales y amenaza a tres miembros (y miembras) del Gobierno Sánchez: la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que fue directora general de Desarrollo Estratégico de la compañía entre septiembre de 2012 y mayo 2013, un mes antes de que la empresa se declarase en concurso voluntario de acreedores, para posteriormente cerrar definitivamente, en enero de 2014.
En el otro lado, el de la Junta de Andalucía que le otorgó subvenciones por 80,5 millones de euros que están siendo investigados por el juez, estaban la ministra de Hacienda, María Jesús Montero y el titular de Agricultura, Luis Planas.
Lo que pocos recuerdan es el paso de Carlos Torres Vila, actualmente presidente del BBVA, por Isofotón. Fue en febrero de 2008, cuando la compañía, cuyo socio mayoritario era el grupo Bergé, lo fichó como presidente ejecutivo. Torres tenía un cartel excelente, después de estar cinco años en Endesa como director Financiero y director de Estrategia.
Isofotón, dedicada a la fabricación de placas solares, apuntaba alto. Eran años en los que llovían las subvenciones públicas a las energías renovables. Así, además de fichar a Torres, la compañía incorporó a su accionariado a Corporación Financiera Alba, de la familia March, que compró el 26% de la empresa por 150 millones de euros.
El mandato de Carlos Torres, sin embargo, duró tan solo cuatro meses, el tiempo que tardó en darse cuenta de lo que pasaba allí. Y eso habla muy bien del actual presidente del BBVA, que dimitió poco después de que lo hiciera el consejero delegado de la compañía, José Luis Manzano. Los otros recién llegados, la familia March, también salió huyendo y poco después de la espantada de Torres exigieron a los Bergé que les devolvieran el dinero. Y así fue: un año después recuperaron los 150 millones.
Isofotón continúa vivo, pero en los tribunales. La última, el presunto desvío al extranjero de 5,8 millones de euros otorgados por la Junta, en tan solo dos días, como publica este viernes el ABC. Los ministros, por supuesto, ni sabían nada ni tenían nada que ver con el asunto. Torres y los March tomaron la mejor decisión: salir corriendo.