El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado el informe de opinión “La prórroga para 2024 de los Presupuestos Generales del Estado”, elaborado por el Servicio de Estudios del IEE, con la colaboración de Miguel Ángel Martínez Lago, Catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Complutense de Madrid, y Santiago Lago Peñas, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo.

El informe se motiva "Tras renunciar el Gobierno a ejercer su responsabilidad presupuestaria en este 2024, en un contexto de
dificultad para poder alcanzar acuerdos necesarios en un parlamento fragmentado y en un periodo de celebración de unos comicios autonómicos". 

Desde el IEE ponen de manifiesto que nuestro ordenamiento jurídico contempla que, en la elaboración y aprobación de los Presupuestos, cabe la posibilidad de una prórroga presupuestaria. Pero en esta ocasión, "es si cabe más extraordinaria y disfuncional que nunca, ya que, tras haberse conformado unas nuevas Cortes Generales, con el nombramiento de un nuevo Gobierno, se ha adoptado la decisión de prorrogar unos presupuestos que fueron aprobados en una legislatura anterior, en los cuales la composición de las cámaras y la conformación de mayoría no se corresponde con las vigentes". 

Señalan que "a pesar de que la prórroga de presupuestos no supondría, en principio, una escalada del déficit público en 2024, gracias al efecto positivo del ciclo económico, esta tampoco contribuirá a su corrección, dadas las ineficiencias existentes en la partida de gastos corrientes". 

Sin embargo, lo más relevante de este 2024, "es la falta de un plan de consolidación fiscal a medio plazo, que es preocupante en un contexto de entrada en vigor de las reglas de fiscales europeas, dado nuestro elevado nivel de endeudamiento público. En este sentido, debería ampliarse el margen para la reducción de deuda, pese al acercamiento del déficit al 3% este año. Además, la prórroga presupuestaria y la inacción respecto a la consolidación fiscal comprometen, en ausencia de medidas adicionales, la senda de estabilidad a medio y largo plazo". 

El mantenimiento de un elevado nivel de endeudamiento y déficit público que se desprende de esta prórroga presupuestaria "supone también un elemento de vulnerabilidad ante cambios en la percepción por parte de los mercados financieros, que aumentarían el coste de financiación del sector público con riesgos de traslación al sector privado, incluido el sector bancario".

Esta prórroga presupuestaria "no frenará el incremento del gasto, fundamentalmente del gasto corriente, que contribuye en mayor medida al crecimiento de esta partida en el año en curso,mientras que el gasto en inversión mantendrá su atonía. Este impulso del gasto corriente vendrá determinado por las nuevas medidas de gasto adicional que han sido aprobadas en pensiones y por el incremento de la remuneración de los asalariados del sector público".

Y avisan que es más probable que "en situaciones de excepcionalidad, como la prórroga presupuestaria, se incida en una mala técnica legislativa, como es el abuso de los Decretos-ley para la creación o modificación de figuras impositivas, incluyendo muchas veces efectos económicos retroactivos".

"La prórroga presupuestaria no es la mejor señal para despejar incertidumbres y generar confianza acerca de que la política económica, en general, y la fiscal, en particular, pueda asumir tanto su responsabilidad de estabilización y moderación de desequilibrios, como sembrar las bases para reforzar el aumento del PIB potencial a largo plazo", sentencian.