En Hispanidad advertimos que la gestión de Luis Gallego, consejero delegado de IAG, empezaba a resultar desastrosa. La aerolínea se desplomaba en bolsa, tras los malos resultados y se generaba una tormenta perfecta: pérdidas, tardará años en recuperar los ingresos preCovid y una elevadísima deuda. 

Y los peores presagios se han hecho realidad, Iberia ha anunciado que no descarta poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a unos 1.500 trabajadores, mayores de 60 años.

La aerolínea se encuentra inmersa en las negociaciones con los sindicatos de los convenios colectivos de pilotos, tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) y personal de tierra. El ERE se pondría en marcha una vez se firmen de manera definitiva dichos convenios. Ambas partes alcanzaron un preacuerdo salarial que supondrá subidas del 8,17% en los años 2022 y 2023 y que, según los sindicatos, podría llegar al 12% consolidado hasta 2025 con la cláusula de protección del IPC.

Además, una vez finalice la vigencia del convenio, se fijaría una cláusula de revisión por tramos para corregir posibles desviaciones del IPC, siempre que la rentabilidad mínima del grupo Iberia (Iberia e Iberia Express) en el periodo 2022-2025 sea igual o superior al 7%.

Los incrementos salariales para 2024 y 2025 quedan sujetos a la evolución de la facturación y el «ebit» (resultado bruto de explotación) de la aerolínea.

Según informa Efe, fuentes de la compañía aseguran que cuando se cierre la negociación de los convenios de cada colectivo se hará una evaluación con los representantes de los trabajadores para presentar el ERE que será acordado por ambas partes. Desde UGT y CCOO afirman que desde la dirección de la aerolínea les han transmitido que en el procedimiento de ERE, de llevarse a cabo, se plantearían medidas que permitan la desvinculación voluntaria de trabajadores que superen, en ese momento, los 60 años de edad. 

Ahora bien, resucitar las prejubilaciones implica una salida a la desesperada. En casi todas las líneas aéreas europeas, la prioridad debería ser recuperar ingresos, no reducir gastos. Sobre todo de una manera tan onerosa como son las prejubilaciones.