Ha sido una rebelión en toda regla. Para entendernos, Ibercaja tiene un consejero delegado, Víctor Iglesias. Y realmente el día a día es cosa suya, pero una cosa es gestionar y otra mandar. Mandar manda el presidente de la entidad, José Luis Aguirre, el de la Fundación, Amado Franco y, al fondo, el expresidente de Ibercaja y hombre clave del alma nutricia de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, Manuel Pizarro.

Pues bien, los tres quieren mantener Ibercaja como sociedad aragonesa. Llevaban resistiéndose desde hacía mucho tiempo y ahora lo han explicitado, tras la requisitoria del Banco Central Europeo (BCE) y de su ejecutor en nuestro país, el Banco de España.

Que no, que Ibercaja no piensa fusionarse -el BdE ha insistido en ello tras la unión entre Unicaja y Liberbank. Para ser exactos, la postura de la caja-banco aragonesa puede resumirse de esta guisa: mantendrá su independencia, su aragonesidad, diga lo que diga BCE-BdE. Y no se fusionará, sobre todo con la Abanca del venezolano Juan Carlos Escotet, tal y como se le sugiere desde el supervisor.

Tampoco admitirá socios sino que mantendrá el 87% de banco Ibercaja. Y sólo saldrá a bolsa cuando no “regalemos el 70% de la compañía”, dado que el valor contable de los bancos es ridículo y lo seguirá siendo mientras no suban los tipos.

La Fundación Ibercaja, y su corazón, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, controlan el 87% del capital y así pretende seguir

Ojo, Franco, Aguirre y Pizarro no están en contra de la salida a bolsa. Es más consideran la opción ideal pero no en estos momentos de tipos negativos. Mientras tanto, para cumplir el coeficiente (12,7) venderá activos.

Como todos los bancos, el negocio Ibercaja no atraviesa su mejor momento, pero tiene claro cuál es el futuro. Y sobre todo: su balance está saneado y su cuenta de resultados resulta aceptable.

Además, no hay desierto bancario en Aragón, Ibercaja tiene una obra social aceptable y ha ido saneando otras cajas de ahorros de la zona sin pedir un euro al contribuyente.

La Fundación Ibercaja, y su corazón, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, controlan el 87% del capital y así pretende seguir. Ni tan siquiera bajar hasta el 51%, como ya se le ha sugerido. ¿Y salir a bolsa? Ciertamente, cuando proceda.