Su jefe de Gabinete, Óscar López, se ha convertido en su psicólogo. Los directores de la conspiración empresarial contra Sánchez son Ana Botín y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, a los que el presidente citó, con olímpico desprecio
"Antes que pasar otros cuatro años con Sánchez nos suicidamos". Hay ambiente de conspiración entre el empresariado español, traído de la gestión prepotente suicida y demagógica de Pedro Sánchez.
Pero el dinero es cobarde y, además, a los empresarios no se les vota y en un país de envidiosos como es España, el empresario está mal visto. Pero, en cualquier caso, como las conspiraciones tienen que tener cara y ojos, y aunque en el proscenio figura Garamendi, los directores de la asonada son la presidente del Santander, Ana Botín y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, a los que Sánchez citó, con olímpico desprecio, como señal de lo que no se debe hacer.
Oscar López se ha convertido en el psicólogo del deprimido Sánchez. Así que encargó a Tezanos una encuesta especial para levantarle la moral al jefe. De postre, que 'el CIS' llamara ignorante a Feijóo
Hay añoranza del CEC, que terminó como el rosario de la aurora. Y el precedente del padre de Ana Botín y del entonces presidente de telefónica, César Alierta. Pero los conspiradores se crecen porque Bruselas también quiere que Sánchez se vaya. Ojo, le estiman más que en España, donde se ha convertido en un pato cojo, pero tras renunciar al escudo antimisiles o plantear el tope ibérico o la política de limosnas en lo que basa toda su energía... pues en Bruselas se van alejando de él. Es como el pedigüeño de Europa y Europa se cansa del mendigo.
Ahora bien, los 'conspiradores' afrontan dos problemas: el ariete será el precitado Garamendi, para que ninguno de los conjurados tenga que poner la cara. Pero es que es el mismo Garamendi, que ahora se hace el duro en busca de su reelección... ¡quien pactó la nefasta reforma laboral!
Por otra parte, la conspiración puede irse al garete si se considera que Moncloa domina el instrumento electoral más poderoso: las televisiones, así como la mayor emisora de radio y buena parte de la prensa, con el Grupo PRISA convertido en una maquinaria electoral del PSOE.
Los 'conspiradores' tienen dos problemas: el ariete será Garamendi... ¡el mismo que pactó la nefasta reforma laboral! Por otra parte, Moncloa controla las televisiones, la mayor emisora y parte de la prensa. Pero las redes sociales...
Ahora bien, aunque es cierto que la tele aún manda, todavía nadie sabe cuál es la influencia real de Internet y si las redes sociales, además de modular y condicionar la opinión pública, no modulan también la opinión publicada de los medios. ¿Quién mediatiza al mundo mediático? El periodismo ciudadano de internet. Y de este, de su capacidad de cambio, sabemos poco si es que sabemos algo.
Con todo, el principal problema del Sanchismo, ahora mismo, es Pedro Sánchez. Un personaje que, como buen ególatra, presa de su narcisismo, es, al mismo tiempo, un hombre muy inseguro.
En pocas palabras, que Sánchez, a golpe de encuestas, anda ferozmente deprimido. Su jefe de Gabinete, Óscar López, se ha convertido en su psicólogo. Para levantar la moral del jefe, encarga una encuesta a José Félix Tezanos, quién puede considerarse el primer fan de Don Pedro, el mismo que se ha permitido el lujo de llamar tonto a Feijóo, como quien no quiere la cosa. Es como si fuera el CIS, es decir, la opinión pública española, quien considera que Feijóo, el pobre, es un poco idiota.
Pero ni todo esto puede devolver la sonrisa a don Pedro. ¿Qué le ocurre a don Pedro?
¿Tendrá éxito la conspiración empresarial contra Sánchez Pérez-Castejón? No lo creo, en 40 años como periodista no recuerdo ni una sola conspiración empresarial, con objetivo político, que haya resultado exitosa. Pero lo que sí es cierto es que la frase de moda entre el empresario de hoy (cuatro años más con Sánchez y me suicido) no la pronuncian sólo los patronos: empieza a ser patrimonio universal de Juan Español. Sólo podemos estar seguros de algo; Sánchez no es un líder querido por su pueblo.