La vicepresidente ecológica del Gobierno, Teresa Ribera, ha tardado días en ceder, sólo días, a la chifladura más pintoresca de sus colegas de Podemos. Los de doña Ione querían nacionalizar las empresas eléctricas, una solución maravillosa para controlar los precios.

Doña Teresa, tras afirmar que eso es una ‘grossen chorradem’, cede en parte. Asegura que a medida que venzan las concesiones de las centrales eléctricas, las nacionalizará, por no renovación.

Es decir, Ribera va a repetir la misma estupidez de su excompañero José Luis Ábalos con las autopistas: en cuanto terminan las concesiones se nacionalizan y no se cobra peaje. De este modo, las carreteras se llenan de baches (ya se sabe lo que es la gestión pública) y en lugar de pagar el peaje los que las utilizan, el mantenimiento lo pagaremos los que usan la vía y los que no. Muy justo.

Ribera asegura que el tramo fijo de la tarifa tendrá más peso para evitar subidas. Y cuando toda la energía sea renovable, ¿el coste variable será cero?

Naturalmente, nacionalizar la hidráulica golpearía sobre todo a Iberdrola, la empresa con más centrales hidráulicas en España. Por ahora, Ignacio Galán no ha respondido pero me le imagino preparando la navaja cabritera.

Por otra parte, la energía hidráulica es la más barata. ¿Qué va a hacer cuando sea ella quien decida el precio? ¿Reducirlo y que el Estado, o sea, el contribuyente, pague la diferencia? Para eso, ¿por qué no reduce ahora mismo los impuestos?

Más presuntas novedades. Teresa Ribera asegura que el tramo fijo de la tarifa tendrá más peso para evitar subidas. Bueno eso se parece algo a lo que proponen Iberdrola, Endesa y EDP: estabilizar el precio. Ahora bien, cuando toda la energía sea renovable, ¿el coste variable será cero? Eso es lo que pretende Ribera, ¿no?

La mentirota, cómo no, a cargo de Marisu: “el Gobierno no tiene margen” para bajar el precio de la luz. Claro que lo tiene: bajar impuestos y retrasar o anular el cierre de las nucleares

Y la mentirota, cómo no, a cargo de Marisú Montero ejerciendo aún como ministra portavoz: “el Gobierno no tiene margen” para bajar el precio de la luz. “Ya ha dispuesto de todo el margen del que disponía”. ¡Anda ya! Claro que lo tiene: bajar impuestos y retrasar o anular el cierre de las nucleares.

Si no lo hace es porque tenemos una vicepresidencia energética que opera como una activista en lugar de como una ministra. Las nucleares no contribuyen al efecto invernadero ni un poquito, pero ella nació bajo el lema de “Nucleares no”. Es el desastre Ribera.

¿Y el precio de la luz? Pues no va a bajar en mucho tiempo. Se puede ‘estabilizar’ la tarifa para que no sufra tantos altibajos. Ahora bien: ¿estabilización al alza o a la baja?