Cuando Pallete cometió su gran error, pedirle a los árabes de STC que entraran en Telefónica -y luego lo hicieron sin avisar-, el Gobierno pensó en crear un frente anti-Pallete con los árabes. 

De esta forma, decían en Moncloa, "con un 10% del capital mandaremos en el 100 por 100 de Telefónica". Y así fue, estamos ante una nacionalización encubierta.

Ahora bien, nacionalizar la compañía no garantiza una buena gestión y hasta los mismos árabes, sentados cómodamente en una empresa estratégica europea, algo que no se les hubiera permitido en muchos países, se han cansado ya de los bandazos de la Telefónica de Marc Murtra. De hecho, el consejero dominical que les representa en la propia operadora no es otro que Olayan Alwetaid, con el carácter de consejero dominical, consejero delegado de STC Group, con poco tiempo para ocuparse de la compañía con sede en Madrid. 

Y ahí está la cosa, que los árabes parecen haber perdido todo interés por una compañía a la baja y de futuro incierto después de toda la metedura de pata del Gobierno Sánchez al frente a la empresa seminacionalizada.

Nuevamente ha recaído en el vicepresidente Carlos Ocaña la labor de hacer que los árabes no den la espantada. Está claro que a Ocaña le va acostar mucho sustituir a Murtra en la Presidencia de Telefónica.

Pero lo de siempre, porque no se puede estar en misa y repicando

Pero la última incongruencia del Gobierno en Telefónica, ya ha resultado hasta demasiado buena. Recuerden, el lunes primera reunión de la dirección con los sindicatos. Para entendernos, un Gobierno progresista que, nacionalizada Telefónica con trampas, no puede permitir que lo primero que haga su equipo de gestores sea echar a 6.000 tíos a la calle y, de paso, reducir el dividendo de las matildes, muchos de cuyos tenedores son pensionistas, amas de casa, etc... pues como que no hace muy progresista.

Por eso, en el día de hoy, lunes 17 de noviembre ante la primera reunión entre Dirección y sindicatos de Telefónica, el Gobierno sale con que el no aceptará un ERE de 6.000 personas que se pretende afecte a más de 4.500 si lo aprueban los sindicatos..., cerca de un 15% de la plantilla. Y entonces, ¿para qué propone el ERE? Y al resto de accionistas, ¿también se les proporcionará ese poder? Porque son los propietarios.