Galp saca partido del mayor desempeño operativo y de las mejores condiciones de mercado en los nueve primeros meses del año. Y es que ha vuelto a beneficios: el neto atribuido se ha situado en 1.020 millones de euros, también se ha disparado el neto ajustado +86%) y el resultado bruto de explotación -Ebitda- ajustado (+73%), hasta 608 millones y 2.897 millones de euros, respectivamente; y la facturación se ha incrementado un 82%, a 20.651 millones. Pero no ha recibido aplauso bursátil (-2,88%)... algo en lo que ha podido influir que hace unos días el Gobierno luso la tachara de alarmista al anunciar recortes de gas al bajar la producción y el suministro de su principal proveedor, Nigeria LNG Limited, debido a las extensas inundaciones en dicho país africano.

En los nueve primeros meses del año, la petrolera portuguesa ha continuado invirtiendo, teniendo en cuenta tanto su gran negocio (el denominado como upstream, es decir, la exploración y producción de hidrocarburos) como la transición energética (por ejemplo a través de las energías renovables). Su capex neto ha ascendido a 924 millones y ha incluido la compra del 215% que aún no tenía de Titan Solar, la sociedad conjunta que creó junto a ACS cuando adquirió parte de los activos de Zero-E, aunque después Florentino Pérez transfirió su participación a Cobra (empresa que vendió al grupo industrial francés Vinci). El flujo de caja libre aumentó a 944 millones y hubo fuerte generación de caja, que incluyendo dividendos y recompras, permitió reducir la deuda neta en 261 millones, a 2.096 millones, lo que supone un ratio sobre Ebitda de 0,6 veces. Además, si se excluyen movimientos inorgánicos relacionados con la operación de Titan Solar, la deuda neta habría bajado aún más: unos 390 millones.

Su capex neto ha ascendido a 924 millones y ha incluido la compra del 215% que aún no tenía de Titan Solar, la sociedad conjunta que creó junto a ACS cuando adquirió parte de los activos de Zero-E, aunque después Florentino Pérez transfirió su participación a Cobra (empresa que vendió al grupo industrial francés Vinci)

En el tercer trimestre, el Ebitda ajustado se ha elevado un 29%, a 784 millones, destacando los 612 millones (+17%) del negocio de upstream y los 103 millones (+18%) del negocio comercial debido a que las ventas de gas natural y electricidad se vieron impactadas por una reducción en la actividad industrial. Por su parte, el beneficio neto ajustado se ha situado en 187 millones, siendo un 16% superior al de hace un año, aunque en cifras contantes y sonantes fue algo menor al del trimestre anterior, en el que Galp ganó 265 millones. Y la producción se elevó un 7% entre julio y septiembre.

Entre enero y septiembre, el negocio de upstream ha aportado también la mayor parte del Ebitda: en concreto, 2.292 millones, un 61% más que hace un año, de un total de 2.897 millones. Le sigue el negocio de gestión industrial y energética, con casi 500 millones; la división comercial, con 256 millones (+12%); y el negocio de renovables, con 34 millones, frente a las pérdidas de hace un año.

Dentro de su transformación está, por ejemplo, la de sus 557 estaciones de servicio en España, para convertirlas en puntos neurálgicos de la movilidad sostenible y de distintos servicios 

La petrolera portuguesa tiene un 59,18% de su accionariado en free float, es decir, en manos del mercado (entre los que hay diversos inversores institucionales, como dos empresas de gestión de inversiones estadounidenses -Massachusetts Financial Services Company y T. Rowe Price Group-). El resto del capital se distribuye entre: un 7,48% de Parpública (vehículo para las participaciones del Estado luso) y un 33,34% de Amorim Energia. Esta última tiene su sede en Países Bajos y sus accionistas son dos empresas controladas por la familia portuguesa Amorim y otra que dirige Sonangol -la petrolera estatal de Angola-.

Andy Brown, que dejará el cargo de CEO de Galp el próximo 31 de diciembre, ga agradecido “a la gente de Galp su apoyo incondicional durante los últimos dos años” y confía en que la empresa seguirá “transformándose, descarbonizándose y creciendo de manera rentable”. Además, ha destacado que en su tiempo en la compañía la ha visto “evolucionar para convertirse en una empresa más abierta, dinámica y rentable, adaptando su cartera a las energías más limpias del futuro”. Y dentro de esa transformación está, por ejemplo, la de sus 557 estaciones de servicio en España, para convertirlas en puntos neurálgicos de la movilidad sostenible y en lugares donde “los consumidores puedan desde acceder a una oferta de restauración premium, tomar un café, lavar, repostar o cargar el coche, hasta recoger un pedido online o realizar la compra semanal”, destacó João Diogo, country manager de Galp España y head de B2C (negocio al consumidor) de Galp Iberia, hace unos días.