La extra de Navidad elevó el gasto en pensiones de noviembre hasta los 21.800 millones de euros, y no hay cómo pagarlos, algo que el Ministro Escrivá sabe. Pero ninguna de las medidas que deberían tomar son muy populares y menos en año electoral, por lo que el Gobierno y el Ministro Escrivá han hecho lo que mejor se les da: mentir. 

Así, han introducido una 'reformita' y han planteado a los agentes sociales una extensión del periodo de cómputo para calcular la pensión, lo que supondrá elevarlo de los 25 años actuales hasta 30, aunque el trabajador podrá elegir los mejores 28 y descartar los dos peores. El Gobierno no tiene forma de afrontar el gasto en pensiones y va a bajar la cuantía de estas por la puerta de atrás.

Escrivá se quedaba sin acuerdo, al menos, de momento: retomará la reunión con los principales agendes sociales después del puente, pero parece que están lejos de llegar a entenderse. Dentro del propio Gobierno la propuesta ha causado estragos, Yolandísima Díaz rechazaba de plano la ampliación y aseguraba que se trata de un "recorte" de derechos y que supondría un "endurecimiento del acceso a la pensión".

Ahora Bruselas ha hablado y ha vuelto a avisar de la quiebra de las pensiones, esta vez, bajo amenaza: Pedro Sánchez podría quedarse sin los fondos europeos por la insostenibilidad de las pensiones. La eurodiputada de Ciudadanos, Eva Poptcheva, preguntaba a la Comisión Europea sobre las medidas que adoptará Bruselas si la reforma de Escrivá no cumple con los requisitos de equidad intergeneracional y sostenibilidad que reclama el Ejecutivo comunitario.

No se han concretado los hitos que Escrivá y Sánchez deben cumplir, pero recordemos que en mayo Gentiloni ya advirtió a España, aunque el ministro aseguraba que era un "bulo" y criticaba que se ponga en boca del comisario algo "falso"

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha contestado por escrito y ha asegurado que la reforma del sistema de pensiones debe ser sostenible fiscalmente para poder recibir los fondos y que "si se considera que no se han cumplido satisfactoriamente todos los hitos y objetivos asociados a un tramo, suspenderá parcialmente el pago". 

Para Gentiloni abría que abordar "el riesgo de una desviación presupuestaria significativa derivada de las medidas adoptadas y tenerlo también en cuenta en el diseño de otras reformas pendientes", según Servimedia. Además, avisa de que analizará "el cumplimiento satisfactorio" de las medidas, incluyendo "la sostenibilidad fiscal a largo plazo de las reformas de pensiones emprendidas en 2021 y 2022".

En el caso de que Bruselas entienda que Escrivá no ha cumplido con lo requisitos, se suspenderá el pago, y el ministro tendrá seis meses para tomar las medidas necesarias para complir, "y si esto no se ha hecho en el plazo de seis meses, se reducirá proporcionalmente el importe total de la contribución financiera y, en su caso, del préstamo".

No se han concretado los hitos que Escrivá y Sánchez deben cumplir, pero recordemos que en mayo Gentiloni ya advirtió a España, aunque el ministro aseguraba que era un "bulo" y criticaba que se ponga en boca del comisario algo "falso". Fue el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien le aclaró las cosa a Escrivá "Lo que Europa nos está diciendo es que el sistema de pensiones no es viable", y enviaba un mensaje al ministro, afirmando que Europa pedía que España se plantease "¿cuántos años debemos pagar? ¿a qué edad tenemos que jubilarnos? ¿cuáles son las tasas de mortalidad?", y defiende que hay que ver "dónde están los gastos y los ingresos". 

Al contrario de lo que sostenía Escrivá, las declaraciones del comisario europeo de Economía, no eran un bulo, y esta nueva advertencia tampoco lo es: es una forma muy fina de decir que el sistema está quebrado, que la edad de jubilación debe aumentar drásticamente y que las cuotas sociales que se pagan no se pueden sostener. Y que o se toman medidas, aunque le cuesten las elecciones a Sánchez, o no hay fondos europeos.