El Gobierno Sánchez ha conseguido que España sea una economía colonizada, al menos, empresarialmente colonizada. No hay nuevas inversiones extranjeras que creen puestos de trabajo en el país, eso es deseable, lo que hay es capital especulativo o capital que entra en empresas estratégicas españolas, no para aportar algo nuevo, sino para controlar lo que ya existe, no para crear riqueza sino para llevársela.

Algún día tendremos que levantar el veto para inversiones de más del 10%, norma temporal, originada en la epidemia Covid

Ahora mismo, Moncloa teme más inversiones del 9,9% en empresas estratégicas españolas pero ya les adelanto que no hará nada por evitarlo. Tras la entrada del saudí Bin Salman en Telefónica, se teme por el sector energético... sobre todo tras el patinazo de Teresa Ribera con IFM y Naturgy.

Recuerden cuando el fondo australiano IFM entró por la puerta de atrás en la eléctrica y gasera Naturgy, la vicepresidenta Teresa Ribera -creemos que en su sano juicio- hizo una defensa cerrada de un fondo activista, peligroso... que desde el primer momento desestabilizó a Naturgy y las consecuencias aún las sufrimos y nadie sabe cómo va a acabar el asunto.

Ahora mismo en Moncloa temen por el sector energético español, probablemente el más sensible a los cambios y, junto al de telecomunicaciones, el más estratégico de todos.

Algún día tendremos que levantar el veto para inversiones de más del 10%, norma temporal, originada en la epidemia Covid. ¿Y entonces?... Otros países, como Holanda, perdón, Países Bajos, defienden a sus empresas con la creación de fundaciones públicas dispuestas a cubrir ampliaciones de capital reservadas al Estado, ante la amenaza de cualquier intruso.

El capitalismo internacional se burla de España: los mercados no se toman muy en serio al débil Gobierno Sánchez, duro con los católicos pero blando y genuflexo ante el poder financiero

Otros países, en suma, cuidan a sus empresas clave, porque saben que, aunque más insanas que las pequeñas, sirven como locomotoras de la economía.

Sánchez no, porque a don Pedro y a doña Nadia Calviño no les preocupan Telefónica, Santander, Iberdrola, Naturgy o el BBVA: lo que les importa es lo que puedan sacar de ellas para mantenerse en el poder.

Y claro el capitalismo internacional se burla de España: los mercados no se toman muy en serio al débil Gobierno Sánchez, duro con los católicos (aborto, eutanasia, educación, transexualidad, profanación, pero blando y genuflexo ante el poder financiero internacional. Así nos va.