Decíamos ayer que el futuro de Indra se vive ahora, en Moncloa, como un pulso entre el director de la Oficina Económica de Moncloa, Manuel de la Rocha, que defiende a los hermanos Ángel y Javier Escribano, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, que desconfía de la capacidad industrial de Indra para cumplir con el disparado gasto en defensa de todos los países miembros de la OTAN... ¡incluida España!

No piensen en la participación de Indra en el futuro eurocaza sino en la fabricación de vehículos blindados, disparada tras la guerra de Ucrania. 

Dicho de otra forma, ahora, según fuentes de Defensa, hemos dado un paso más: los hermanos Escribano (Ángel y Javier), propietarios de EME y presidente y consejero de Indra (14,5% de Indra), respectivamente, están en entredicho y enfrentados, como adelantara Hispanidad, a los Aperribay, de SAPA (8% de Indra). Asi que, y esta es la noticia de última hora, Margarita Robles se plantea la nacionalización de Indra. A fin de cuentas, como también hemos dicho en Hispanidad, hasta el más ferviente liberal aceptaría la estatización de una empresa dedicada a fabricar armamento. Indra para tierra y aire y Navantia para la marina. 

Pero es que, al mismo tiempo, Marc Murtra, expresidente de Indra y ahora presidente de Telefónica, no desiste de su sueño de que Telefónica se fusione con Indra, o mejor, que Telefónica absorba a Indra. De esta manera se afianzaría en su puesto y el perímetro crecería pero, sobre todo, Indra daría sentido a un plan Estratégico de Telefónica que Murtra debe presentar el 4 de noviembre... y respecto al que todavía no sabe qué va a presentar. 

Sólo tiene clara una idea: la ciberseguridad. El 'ciber' lo pondría Telefónica y la seguridad Indra, pero no deja de ser una entelequia que, eso sí, contaría con el aumento del gasto público en Defensa, ese panal de miel al que tantas moscas acuden. 

Vamos, que su único cliente sería el Estado, o sea, el Gobierno, 

Ahora bien, una cosa es nacionalizar Indra y otra bien distinta nacionalizar Telefónica. Sí, ya sé que Sánchez, de hecho, ya ha nacionalizado Telefónica pero no a las claras sino a las oscuras, comprando un 10% y advirtiendo a lo demás que él no es un socio cualquiera: es el Estado. Lo que propone Robles para Indra es, por contra, la nacionalización pura y dura. 

El número de vehículos de combate de entrega inmediata servirá como ultimátum de Robles para comprobar la capacidad industrial de Indra... que es la clave

El caso es a los Escribano se les acaba el tiempo mientras cunde la decepción en el equipo directivo de Indra por los bandazos de los dos hermanso. Fusionar Minsait con Indra puede ser una buena idea (era idea del CEO, José Vicente de los Mozos), pero no se hace por un buen motivo, sino por la sencilla razón de que hay que hacer algo. Por contra, fusionar Telefónica con Indra no es una buena idea y no se hace por un buen motivo, sino a mayor conveniencia de Marc Murtra. Indra puede ser pública pero Telefónica debe ser privada del todo, a ser posible, con la salida del Ejecutivo. 

Es igual: Robles, a quien Telefónica sólo importa para las transmisiones militares, considera -una burócrata como ella-, que Indra debe ser 100 por 100 pública.

Además, Robles deconfía de las posiblidades de Indra, y aquí entramos en el fondo de la cuestión. El número de vehículos de combate de entrega inmediata, para el que está reservado una pequeña parte del presupuesto público, servirá como ultimátum de Robles para comprobar la capacidad industrial de Indra... que es la clave de todo. 

En el entretanto, los hermanos Escribano continúan sin renunciar a la compra de EME por Indra, un pelotazo que necesitan para para paga er el crédito con el que compraron su participación de Indra y cuyo primer vencimiento es en noviembre. Por eso los Escribano insisten en la operación abyecta, que les proporcionará un pelotazo y la posibilidad de desapalancarse: que Indra, que presiden, compre EME, que poseen. Un conflicto de interés insuperable y una melonada que Moncloa, es decir, De la Rocha, está dispuesto a aplaudir. Para hacerlo posible, los Escribano se están gastando lo que no está escrito en que los medios informativos paniaguados no denuncien este clarísimo abuso de mercados sobre una sociedad cotizada. ¿Y la CNMV? Calladita, naturalmente. 

Mientras, los Escribano continúan sin renunciar a la compra de EME por Indra, un pelotazo que necesitan para reducir la deuda con la que compraron el 14,5% de Indra y cuyo primer vencimiento es en noviembre

Y en esta jaula de grillos es cuando Margarita Robles, enfrentada a De la Rocha, solicita la nacionalización de Indra. 

Claro que, tal y como está el Gobierno, a lo mejor no le da tiempo a nacionalizar ni su despacho. Recuerden que los gobiernos pasan pero las empresas permanecen.