E.On se ha fundido en 2023, como si fuera una bombilla, a la vista de sus resultados económicos… por el abaratamiento de la energía. Las cifras han estado lejos de las obtenidas el año anterior y no han cumplido sus estimaciones, pues en 2023 los ingresos han bajado un 19% y el beneficio neto se ha desplomado un 72%.

Sin embargo, la cotización de la energética alemana con sede en Essen, que tiene como CEO a Leonhard Birnbaum, no ha recibido castigo de los inversores: ha subido un 6%. ¿El motivo? La compañía de suministro energético y de redes ha anunciado un aumento del dividendo, a 0,53 euros por acción.

E.On tiene su sede en Essen (Alemania)

 

Vayamos a los resultados de 2023, afectados por el abaratamiento de los precios mayoristas de la energía. Los ingresos han bajado un 19%, a 93.686 millones. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha descendido un 16%, a 9.370 millones, con desigual evolución en los negocios: el de redes de distribución de energía ha aportado 6.640 millones (+22%) por la recuperación del mercado alemán; el de suministro de energía a clientes, 2.807 millones (+68%) por la estabilización de precios en el mercado mayorista, aunque ha vendido dicha energía a clientes a precios más bajos que en 2022 lastrando ingresos y beneficio neto. Este último se ha desplomado un 72%, hasta situarse en 517 millones, frente a los 1.831 millones que ganó en 2022 y que fue un 61% menos que el año precedente. 

Eso sí, los menores resultados no han lastrado las inversiones en expandir, modernizar y digitalizar la red, las cuales se disparan un 35%, a 5.200 millones. Además, las elevarán en los próximos cuatro años de 33.000 millones a 42.000 millones

Eso sí, los menores resultados no han lastrado las inversiones en expandir, modernizar y digitalizar la red, las cuales se han disparado un 35%, a 5.200 millones. Asimismo, la compañía ha anunciado que invertirá 42.000 millones entre los años 2024 y 2028, superando con creces la cifra de 33.000 millones anunciada en un principio, y de las que el 80,95% del total (34.000 millones) se destinará al negocio de redes si hay un entorno regulatorio adecuado, eso sí.

Respecto a las previsiones para este año hay cierta prudencia, dado que estima un ebitda de entre 8.800 y 9.000 millones, lo que sería algo menor al de 2023. Aunque espera que los beneficios se normalicen en un contexto de precios mayoristas más altos, elevada inflación y mayores tipos de interés (recuerden que los bancos centrales, entre ellos la Fed y el BCE, ya están dando señales de que pronto se acabarán los tiempos de tipos bajos).