E.On ha recuperado algo de brillo en 2021, como se puede ver en sus resultados. Y es que ha cuadruplicado el beneficio neto y ha elevado ingresos y Ebitda, eso sí, aunque la deuda ha bajado, aún sigue siendo elevada.

La eléctrica alemana ha ganado 5.305 millones de euros, frente a los 1.270 millones obtenidos en 2020 y los 1.500 millones de hace dos años, y el Ebitda ajustado ha pasado de 6.905 millones a 7.889 millones (+14%). Por su parte, la facturación ha ascendido a 77.358 millones, superando en un 27% la de hace un año y también los 41.500 millones ingresados en 2019, y por negocios, el de venta de electricidad a clientes ha sido el que más ha aportado (61.507 millones, un 26% más).

Todas estas cifras reflejan que se ha beneficiado de los mayores precios de la energía y también del cambio de valor de las divisas y de la fluctuación de los derivados financieros relacionados con las materias primas. Eso sí, la deuda financiera neta ha cerrado 2021 en 38.773 millones, frente a los 40.736 millones del año anterior, y sigue superando la capitalización bursátil (unos 28.000 millones).

E.On propondrá a la próxima junta de accionistas repartir un dividendo de 0,49 euros por acción, un 4% superior al de 2020 (0,47 euros). Claro que al mismo tiempo, conviene destacar que su plantilla ha descendido un 7% en 2021, pasando de 77.488 personas a 72.169.