Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión Bancaria Europea del Banco Central Europeo, culminará su mandato a finales de año
Nadie lo cuestiona: la morosidad se disparará cuando venzan las ayudas que pusieron en marcha los distintos gobiernos europeos para hacer frente al parón económico provocado por la pandemia. Pero la advertencia no suena igual cuando viene del presidente del Consejo de supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria.
“El enorme progreso logrado no debería llevar a los bancos a bajar la guardia ante el riesgo crediticio, ya que el impacto real de la pandemia en la calidad de los activos aún no se ha hecho evidente”, ha afirmado este miércoles, durante su intervención en un encuentro financiero organizado por Bank of America.
La máxima autoridad supervisora ha alertado, además, de la falsa apariencia que puede provocar la liberación de provisiones. “Una recuperación de la rentabilidad basada en una brusca y repentina reversión de provisiones puede no resultar duradero si las expectativas optimistas de los bancos no se materializan y, a medida que el apoyo público se elimina gradualmente, el entorno de riesgo resulta ser peor de lo que se anticipa actualmente”, ha sentenciado.
En definitiva, cuidado con el repunte de la morosidad que, según todos los cálculos, se producirá a partir de marzo de 2022, y cuidado con los beneficios que provienen únicamente de la liberación de provisiones y que puedan camuflar la auténtica situación del negocio bancario.
Sea como fuere, Enria ha asegurado que a partir de ahora mantendrá la libertad para repartir dividendo. “Soy consciente de que los accionistas se han sentido frustrados por las limitaciones impuestas por el BCE y otros supervisores a la distribución y recompra de dividendos. Ahora que se han eliminado estas limitaciones, es una expectativa razonable que los pagos se reanuden sustancialmente”, ha afirmado.
El supervisor bancario, sin embargo, tampoco dejará barra libre y limitará sus intervenciones “a los casos en los que los pagos propuestos no serían consistentes con una planificación de capital prudente y el cumplimiento continuo de los requisitos regulatorios”.
Y una recomendación final: “Quisiera señalar que en esta delicada situación, los accionistas bancarios deberían considerar centrarse más en las oportunidades de creación de valor a largo plazo que en los resultados de pago inmediatos”, ha afirmado.
Por cierto, ante la ausencia de fusiones transfronterizas, Enria ha animado a participar en cualquier tipo de consolidación. “Algunos jugadores están comprando o desinvirtiendo en líneas de negocios individuales o en infraestructuras Fintech, o están creando empresas conjuntas con otros competidores europeos en áreas específicas de negocio”, ha explicado. “Estas y otras consolidaciones más específicas no son menos importantes que las fusiones y adquisiciones de bancos tradicionales”, ha concluido.