A Eni le ha pasado factura el abaratamiento del crudo y del gas natural en sus resultados de los nueve primeros meses, como a otras muchas compañías de su sector (la española Repsol, la francesa TotalEnergies y la noruega Equinor, entre otras). Y es que su beneficio neto se ha hundido un 65,3%, hasta los 4.598 millones de euros, por los menores precios energéticos, pese al ligero incremento en producción de petróleo (+1,8%).

La petrolera italiana, que tiene como primer accionista al Estado italiano, también ha visto reducirse fuertemente sus ingresos, en concreto, en un 31,6%, a 69.065 millones. Esto se explica por los fuertes descensos en la mayoría de sus negocios: en refino, comercialización y químicos (-12,2%, a 39.007 millones); en exploración y producción (-26,4%, a 17.561 millones); en gas natural y gas natural licuado -GNL- (-61,1%, a 14.689 millones); y en generación y distribución eléctrica -es decir, la compañía Plenitude- (-35,3%, a 10.393 millones).

Relacionado

Sólo en el tercer trimestre, el beneficio neto de Eni se ha desplomado un 67,3%, a 1.916 millones, aunque ha superado las estimaciones de los analistas. Quizá por esto, la cotización se ha movido en color verde, con un alza del 0,97%. Además, los analistas del Banco Sabadell han destacado su buena generación de caja, que ha alcanzado los 3.369 millones, y también han subrayado que Eni ha elevado su previsión de beneficio operativo ajustado para el conjunto del año a cerca de 14.000 millones, frente al del 12.000 que pronosticaba en un principio.

Recientemente, la petrolera italiana que dirige Claudio Descalzi ha firmado un acuerdo con Catar (en concreto con QatarEnergy) para el suministro de un millón de toneladas anuales de GNL durante 27 años. Asimismo, ha recordado que hace unas semanas, la Comisión Europea dio su visto bueno a la compra de la empresa de exploración y producción de gas Neptune Energy Group por más de 4.400 millones.