
Al parecer, miren por dónde, al equipo Zapaterista de Telefónica no le ha gustado mi artículo sobre el papel del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en la nueva Telefónica controlada por Moncloa. Incluso niegan lo que ratificara la mismísima responsable de Hispanoamérica, Laura Abasolo, en rueda de prensa de presentación de los resultados de 2024: que Telefónica se está marchando de Hispanoamérica... salvo de Venezuela, donde continúa invirtiendo. El único país que queda a salvo, además de Brasil, de la huida de Telefónica del mundo hispano es la tiranía venezolana de Nicolás Maduro, de la que ZP es representante en Occidente. ZP es el único líder occidental que presenta a la tiranía de Maduro y Diosdado Cabello poco menos que como un maravilloso ejemplo de democracia.
Pues habrá que rescatar la verdad de las garras de la mentira. En la Telefónica presidida por Marc Murtra, el que manda es Zapatero.
Sánchez lo hace a través del vicepresidente Carlos Ocaña, que no lo está haciendo mal como controlador, pero don Pedro tiene ahora otras cosas en las que pensar y ha delegado el mando en Zapatero y en su equipo de directivos de la casa que han pasado a controlar la compañía, a las órdenes del consejero eterno de Telefónica, Javier de Paz, ahora también presidente de Movistar+, es decir, del vídeo de Telefónica.
En el equipo de ZP también figuran el CEO del Grupo, Emilio Gayo, impuesto al presidente Marc Murtra por Javier de Paz, Trinidad Jiménez, José Miguel Contreras (a quien aún no se ha insertado en el organigrama de la compañía pero que ya nombra y cesa a directivos) y otros notables de la Casa, como el equipo jurídico o el de Recursos Humanos. Casi todos ellos traicionaron a Pallete y ahora ejercen como mandamases.
Ojo, no fue ZP quien introdujo a Javier de Paz en Telefónica: fue César Alierta, quien necesitaba compensar la entrada de Manuel Pizarro por el PP, en el Consejo, al tiempo que tener un buen contacto con el PSOE de ZP. ¿Y qué mejor contacto que Javier de Paz, amigo y ex- vecino de ZP y cuya esposa estuvo ligada, también por lazos de amistad, con la esposa de ZP, Sonsoles Espinosa? Pero, desde su primer día en Telefónica, y va para 18 años como consejero inamovible, Javier de Paz actuó como el representante del PSOE, y más en concreto de ZP (Sánchez siempre ha desconfiado de él), en la operadora.
Pero es que hay más: ZP no es sólo el mandamás de Telefónica sino que es el representante de la poderosa y peligrosa multinacional china de telecomunicaciones, Huawei. El anterior presidente Álvarez-Pallete, fue llamado a Washington, Departamento de Estado, y se le 'ordenó' romper relaciones comerciales -que son políticas- con Huawei como proveedor de redes de Telefónica. Para quien considere a Huawei como un mero fabricante de teléfonos móviles haría bien en reparar en por qué El Pentágono advirtió a todas las operadoras europeas y americanas que no aceptaría que la multinacional china fuera la que construyera -es decir, dirigiera- la red 5G, ahora ya hablamos de 6G, en el mundo.
Pues bien, ZP es el hombre de Huawei en Europa y, a más a más, de la tiranía comunista china en el conjunto de Occidente. Pero tampoco le importa que sus socios controlen Telefónica donde hay además de poder, mucho dinero a ganar.
Y sí, en Telefónica ha habido despidos relacionados con contratos con Huawei. Y sí, los chinos siguen siendo proveedores de Telefónica y, lo que es más, todo está preparado para que, en breve, sea un proveedor aún más importante.
Así que repitamos la verdad: en Telefónica manda el socialista ZP -Sánchez está muy ocupado en otros menesteres más urgentes- y su hombre en la operadora es Javier de Paz y su único control, en nombre de la sensatez, es el vicepresidente Carlos Ocaña, que reporta a Moncloa, no a ZP, el propio presidente Marc Murtra, que no es zapatista sino Sanchista, y lo que le permitan actuar al otro socio de referencia: Criteria.
Aquí opera la teoría del mal menor: porque Sánchez, de Telefónica, sólo quiere que le apoye política y mediáticamente. ZP pretenden mucho más: pretende convertir a Telefónica en punta de lanza de la influencia china en Europa. Y alabar a Sánchez es un mal menor frente a quienes pretenden convertir Europa en un satélite de Pekín por la sencilla razón de que no les mola Donald Trump.
Bueno sí y también actúa en su propio beneficio.