La Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) demandó en la tarde del martes a Amazon por monopolio en la venta por internet. No es una demanda cualquiera, en primer lugar porque es el principal regulador del país y porque, además, la demanda ha sido respaldada por 17 estados, tanto demócratas como republicanos.

La demanda de la FTC se dirige al corazón del negocio de la multinacional que dirige Jeff Bezos. “Las acciones llevadas a cabo por Amazon le permitieron evitar que tanto sus rivales como sus propios vendedores bajaran precios”, señala la demanda.

Dicho de otra manera, Amazon no sólo ha ido eliminando la competencia, sino que ha perjudicado al pequeño comercio que se ha puesto en sus manos para vender por internet, tal y como hemos explicado en diversas ocasiones en Hispanidad. En España, país de pymes y micro pymes, la mala praxis de Amazon se ha notado doblemente, no sólo en el comercio online sino también en el presencial.

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¿Cómo actúa Amazon? Resumiéndolo mucho, primero convence al vendedor, muchas veces pequeño comerciante que no tiene capacidad de vender por internet por sí mismo, y pone su producto a la venta cobrándole una comisión. Si comprueba que el producto funciona, que se vende bien, lo copia y lo vende directamente él… más barato, además, favoreciendo el suyo en las búsquedas.

La demanda del FTC puede significar el final de Amazon tal y como lo conocemos. Lo mismo le sucede a Google, cuyo juicio por monopolio ha comenzado este mes de septiembre, también en EEUU. Desde luego, tanto Bezos como el CEO del buscador, Sundar Pichai, le han tomado el pelo a Europa de manera sistemática, pero temen las demandas por monopolio en EEUU porque allí van en serio.