Es una muy mala noticia: la deuda de las Administraciones Públicas (AAPP) cerró el mes de septiembre con un saldo de 1,43 billones de euros, el 122,1% del PIB, un 2% más que a finales de 2020 y un 0,5% más que el trimestre anterior, en términos relativos, según datos publicados este martes por el Banco de España.

Del volumen total de deuda, 1,28 billones corresponden a la Administración Central (el 109,3% del PIB, un 8,8% más que en 2020), 312 mil millones corresponden a las Comunidades Autónomas (un 26,6% del PIB tras aumentar un 3,4% en tasa interanual), y 22 mil millones a las Corporaciones Locales (el 1,9% del PIB tras disminuir un 5,9% respecto a 2020).

El mayor crecimiento, sin embargo, correspondió a la Seguridad Social, cuya deuda alcanzó los 92 mil millones de euros, un 22,7% más que en el mismo periodo de 2020.

La publicación del Banco de España coincide con la última subasta del año del Tesoro, que ha colocado 1.656 millones de euros en letras a tres y nueve meses, a un interés negativo, aunque un poco menos negativo que en la anterior. Se nota que seguimos bajo el paraguas del BCE. En el conjunto del año, el Tesoro ha emitido 264.174 millones de euros, unos 25.000 millones menos de lo previsto, lo que no significa que sea positivo: basta con prever una cifra elevada para luego vender que la cosa ha ido mejor.

Desde el ministerio de Asuntos Económicos aseguran que España está preparada para “una eventual normalización de la política monetaria”, ya que la vida media de la deuda ha ascendido hasta los 8,07 años.

Por otra parte, el coste medio de la deuda emitida durante 2021 se ha situado, por primera vez en la historia, en negativo, concretamente en el -0,02%, mientras que el coste medio del stock de deuda se ha reducido en 21 puntos, hasta el 1,65%.

Todo esto es muy hermoso y en Asuntos Económicos lo ven con mucho optimismo. Ahora bien, el problema de la deuda no son solo los intereses, sino el hecho de que algún día habrá que pagarla. Y cuanto más aumente más difícil será devolverla.

Y en cuanto a los intereses, vayan preparándose para lo peor, porque no hay que descartar que el BCE suba los tipos de interés antes de lo previsto por el mercado, esto es, antes de 2024. Eso es lo que hará la Reserva Federal norteamericana, que se está moviendo para comenzar a subir los tipos durante 2022. Incluso podría hacerlo dos veces, como han sugerido la presidenta de la FED de Cleveland y el de la FED de San Luis.

El asunto es grave o, al menos, preocupante. Estamos hablando de 15.000 millones de euros adicionales por cada punto porcentual que el BCE suba los tipos de interés. Son muchos miles de millones que habría que devolver, probablemente, con más impuestos.