Resumiendo, 2024 fue un buen ejercicio para Damm, con un repunte del beneficio del 35%, hasta los 175 millones de euros, pero las ventas, sobre todo las de bebidas, aún no han recuperado los niveles de 2022. Hablamos de unos ingresos de 2.025 millones de euros, un 1,7% menos que en 2023, y de 21 millones de hectolitros vendidos, ligeramente por encima de los 20,8 millones de hectolitros de 2023, pero aún por debajo de los 21,6 millones de 2022.

En cualquier caso, el presidente del Grupo, Demetrio Carceller-Arce, destacó que, por segundo año consecutivo, la facturación superó los 2.000 millones de euros, “cifra que se anticipa a lo fijado en el plan estratégico para el conmemorable año 2026”, afirma en el informe anual difundido este martes.

Efectivamente, el año próximo se cumplirá el 150 aniversario de Damm, tras celebrar, en 2024, el 85 cumpleaños de Rodilla que, en la última década ha aumentado en un 68% su volumen de negocio agregado. Rodilla cuenta actualmente con más de 150 restaurantes.

Una peculiaridad de Damm: hace coincidir la publicación de sus resultados anuales con la junta ordinaria de accionistas. No está mal, sobre todo teniendo en cuenta que la junta se celebra en junio, seis meses después del cierre del ejercicio anterior. Tal vez sea porque a Demetrio no le gusta salir en los medios de comunicación.

El grupo cervecero catalán sigue controlado por la familia Carceller, que posee el 27,19% a través de la petrolera Disa, y el 13,9% a través de Seegrund, sociedad neerlandesa propiedad del fallecido Demetrio Carceller Coll, padre del actual presidente ejecutivo. El segundo accionista es la familia alemana Oetker (los de las pizzas congeladas y propietarios, a su vez, del 50,7% de Freixenet), con el 25% del capital. La familia Armadàs posee el 6% y la familia Agenjo, el 5,12% a través de la sociedad Boag Valores.