XXIV Congreso de Directivos, celebrado en Zaragoza. La energía corre a cargo de Francisco Reynés, el presidente de Naturgy y de Cristina Lobillo, directora de Política Energética de la Comisión Europea.

Insistimos: el fin de la era ecológica toca a su fin. No porque el medio ambiente deje de preocupar, hay que ser respetuoso con la naturaleza, pero ya no se trata con histeria, como ha ocurrido durante la última década. Bueno, con la excepción de Sara Aagesen, a quien cualquier día veremos colocando artefactos explosivos en los reactores nucleares.

Así, Cristina Lobillo asegura que la energía nuclear es limpia y que es absolutamente imprescindible. No contenta con ello asegura que aunque en Europa se le considere una energía de transición, hay que seguir contando con el gas.

Francisco Reynés recuerda el trilema de la energía: debe descarbonizarse, pero sobre todo debe asegurarse el suministro de energía y, atención,  la energía debe ser barata o la economía no podrá ser competitiva. 

A partir de ahí Lobillo recuerda que el precio de la electricidad en Europa duplica y triplica al vigente en Estados Unidos y China. ¡Ah! y las renovables sólo representan el 15% de toda la energía del mundo. 

Ahí interviene Reynés, para recordar que el precio de la luz en Europa no sólo depende de los costes de producción sino también de los añadidos de la tarifa, en referencia a los impuestos.

Otra vez la sensata Lobillo: recuerden, la energía, la defensa y la IA dependen de unos minerales críticos de los que China controla el 70% de las existencias mundiales. Para pensar...

La era ecológica ha terminado. Bueno, la era de la histeria ecológica ha terminado, alguien debería pedir perdón.