Llegan nuevas muestras de la crisis mundial que sufre el sector del automóvil desde hace meses. Michelin ha pisado el freno en bolsa este martes, al caer más de un 9% tras rebajar sus previsiones anuales y también está siendo una sesión bursátil negativa para Stellantis, que baja un 4% por la menor calificación que le ha dado Moody’s.

En el caso de Michelin, asistimos a la tercera rebaja de previsiones anuales en menos de una semana, tras las que realizaron los fabricantes automovilísticos BMW y Ferrari, y que tampoco gustaron al mercado. El fabricante francés de neumáticos ha decidido ajustar sus estimaciones debido al mayor deterioro del negocio en Norteamérica por los aranceles. Y es que ha avanzado que en el tercer trimestre sus ventas en dicha zona geográfica han bajado cerca de un 10% por la caída de la demanda de los fabricantes de equipos para camiones y agricultura, y los aranceles han lastrado sus márgenes, afectando a su competitividad.

Eso sí, Michelin ha adelantado que ha logrado un crecimiento del volumen de ventas entre julio y septiembre a nivel global, dentro de un contexto “caótico y a pesar de las incertidumbres a corto plazo que pesan sobre la demanda de los clientes (sobre todo, los fabricantes de automóviles)”. Pero el deterioro en Norteamérica preocupa y Michelin ha decidido ser más realista, rebajando su estimación de resultado operativo a entre 2.600 y 3.000 millones de euros, frente a los más de 3.400 millones que preveía anteriormente.

A la caída de la cotización, el fabricante francés de neumáticos suma las revisiones a la baja en el precio por parte de varios bancos de inversión (Intesa Sanpaolo, Barclays y Oddo). Y por cierto, lo que ocurra en Michelin no es baladí para España, pues aquí cuenta con más de 7.000 empleados, repartidos entre: cuatro fábricas (en Lasarte, Vitoria, Valladolid y Aranda de Duero); un centro de experimentación, investigación y desarrollo en Almería, otro de distribución en Illescas (Toledo) y otro de formación y asesoramiento en Tres Cantos (Madrid), donde además se ubica la sede social y la dirección comercial. Sin embargo, no escapa al problema del absentismo laboral. 

En paralelo, este martes, Stellantis baja un 4% en bolsa, después de que Moody’s revisara a la baja su perspectiva de ‘estable’ a ‘negativa’, debido a su “débil rendimiento operativo”, la incertidumbre y la magnitud de la recuperación que tiene que afrontar. Recuerden que al frente de este fabricante automovilístico (surgido de la fusión del francés PSA y el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles en enero de 2021) está el italiano Antonio Filosa, como CEO, desde el pasado junio, al tiempo que mantiene el mando de la división de Norteamérica. En estos meses, se avanzaron y se confirmaron unas pérdidas de 2.300 millones de euros en el primer semestre, se estimó un impacto de 1.500 millones por los aranceles, se recuperó a Gilles Vidal en diseño y se ha nombrado como nuevo director financiero a Joao Laranjo (en sustitución de Doug Ostermann, quien decidió irse por motivos personales). 

Moody’s ha referido las difíciles condiciones del mercado en Europa y el impacto de los aranceles como dos elementos que han presionado aún más la rentabilidad y el flujo de caja de Stellantis, al tiempo que su cuota de mercado en Europa y EEUU ha descendido por el desabastecimiento de los concesionarios, la menor demanda y los retrasos en los lanzamientos de nuevos modelos. Además, la agencia de calificación crediticia cree que el fabricante automovilístico podría requerir de mejoras adicionales de los costes estructurales, aunque espera cierta mejora en el segundo semestre. Y recuerden que España emplea a más de 11.000 personas entre sus tres plantas (Vigo, Figueruelas y Madrid) y su red de venta y reparación.