BMW no ha escapado al contexto de crisis mundial que vive el automóvil (la cual empezó por el coche eléctrico -por su caro precio, baja demanda y costosa fabricación- y que se ha extendido al conjunto del sector), como ya se ha visto en el rumbo de Volkswagen, General Motors, Stellantis, Mercedes-Benz, Renault y Ford. Por ahora, la única excepción es Ferrari. En el primer trimestre, BMW ha frenado en ingresos y beneficio, pero su rentabilidad -medida a través del beneficio operativo, ebit-, ha caído menos de lo que preveía el consenso de analistas... y esto último ha sido premiado por el mercado: su cotización sube algo más un 1,7%.

El fabricante automovilístico alemán con sede en Múnich se ha visto afectado no sólo por este contexto de crisis, sino también por la caída de ventas en China y el impacto de los aranceles que la Unión Europea impuso a la importación de vehículos eléctricos que se fabriquen en el gigante asiático. Esto sería un buen motivo para que se replanteara fabricar en España, donde hasta el momento sólo le gusta vender vehículos y motocicletas. Pero, pierdan la esperanza,... y menos habiendo menores ingresos y beneficio.

En concreto, el grupo que dirige Oliver Zipse ha visto descender sus ingresos un 7,8%, a 33.758 millones de euros,... por encima de lo esperado por los analistas. En esto han influido las menores ventas de vehículos de las marcas BMW, Mini y Rolls Royce (586.117 unidades, un 1,4% menos), y de motocicletas (44.609, un 3,9% menos). Unas cifras en las que nuestro país ha aportado poco, según las últimas cifras de matriculaciones publicadas por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac): 13.987 unidades (-4,8%) de BMW, 3.450 de Mini (+23%) y 1 (0%) de Rolls Royce.

El fabricante automovilístico alemán se ha visto afectado no sólo por este contexto de crisis del sector, sino también por la caída de ventas en China y el impacto de los aranceles que la Unión Europea impuso a la importación de vehículos eléctricos que se fabriquen en el gigante asiático

Por su parte, el ebit se ha situado en 3.142 millones, lo que supone una caída del 22,5%, frente a la del 31% que esperaba el consenso de analistas. El margen ebit ha pasado del 11,4% al 9,2%, muy por encima del 7,9% estimado, por la buena evolución de los márgenes en el negocio de coches (el cual aporta el 70% del ebit), según han explicado los analistas del Banco Sabadell. Asimismo, no hay que olvidar que los BMW no son lo que consideraría un utilitario asequible para todo el mundo... Y estos mismos analistas han apuntado que ya ha consolidado sus joint ventures de China, donde la competencia es altísima, pero BMW ha logrado disparar sus ventas un 32% y que un 20% sean de vehículos eléctricos puros.

Eso sí, entre enero y marzo, el beneficio neto ha dado menos alegrías porque ha frenado un 26,4%, hasta 2.173 millones. Claro que BMW ha decidido mantener sus previsiones anuales, a pesar de que estas sólo tienen en cuenta los aranceles que había hasta el pasado 12 de marzo (o sea, los europeos a China) y no los que ha impuesto DonaldTrump a los coches fabricados fuera de EEUU. Sin embargo, al hilo de estos últimos, los grupos Stellantis, Mercedes-Benz y General Motors sí han suspendido sus estimaciones anuales.