Coxabengoa (la compañía que surgió de unir activos de Grupo Cox y Abengoa) ha tenido unos ingresos superiores a los 800 millones de euros y ha logrado un beneficio de neto de 55 millones en su primer ejercicio (mayo 2023-abril 2024), tras la reestructuración (incluyendo equipo directivo y negocios)... Y ante estas cifras su primer accionista y presidente ejecutivo, Enrique Riquelme, insiste en sacarla a bolsa.

Esta pretensión ya la mostraba el empresario alicantino el pasado octubre y ahora insiste en declaraciones a Europa Press, donde ha matizado que “siendo realistas, estamos viendo distintas opciones y esta es una de ella”. Eso sí, ya hay algunos preparativos en marcha de cara a una posible salida a bolsa porque se ha presentado el folleto a la CNMV y se ha efectuado una prospección con inversores, y se prevé que pudiera sacar a cotizar el 30% del capital, mediante una ampliación de capital con una Oferta Pública de Suscripción (OPS) de acciones para “finales de este año o principios del siguiente”. En ese caso, Riquelme debería recordar que el debut de Cox Energy -la división de energía de Coxabengoa- el 3 julio de 2023 no le ha ido bien a esta compañía, porque desde entonces acumula una depreciación del 19%. Además, en el accionariado no sólo está presente Riquelme, sino la familia Zardoya (antigua accionista del fabricante de ascensores Zardoya Otis, que ya controla totalmente el estadounidense Otis) con más del 15% y el fondo de pensiones HNA (4,6%).

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Vayamos a los resultados de Coxabengoa, que han sido muy buenos... para alegría de sus accionistas y de sus 11.500 empleados. Riquelme ha destacado que “se le ha dado la vuelta al grupo” Abengoa desde que se unió a Cox en abril de 2023. Los ingresos han superado los 800 millones, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha ascendido a más de 150 millones y el beneficio neto ha alcanzado los 55 millones. Asimismo, la compañía ha logrado situar la ratio de deuda financiera neta sobre ebitda en -0,2 veces, por lo que tiene caja positiva, y su contratación ha ascendido a más de 1.200 millones.

Coxabengoa va dando pasos en la buena dirección para cumplir el plan estratégico a 2027 que anunció el pasado septiembre, con sus negocios de agua y energía. En el primero, aprovecha la experiencia de la antigua Abengoa y cuenta con tres de las diez desaladoras más grandes del mundo, así como con el proyecto de la mayor de África. Por su parte, en energías renovables, cuenta con varios proyectos fotovoltaicos y termosolares en operación (3.600 megavatios -MW-) y otros más de 500 MW en construcción, y espera crecer en EEUU con alianzas.

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Paralelamente, la antigua Abengoa también es noticia por lo que sucede en Atlantica Sustainable Infraestructure, empresa de renovables fundada en 2013 como Abengoa Yield para ser la filial norteamericana, que en 2016 pasó a llamarse Atlantica Yield y que al quebrar Abengoa cambió de manos. En varias compras de acciones, la eléctrica canadiense Algonquin Power & Utilities alcanzó el 42,5% en mayo de 2020, pero el pasado septiembre se conoció que ponía a la venta dicha participación, enmarcada en la decisión de vender una parte importante de sus negocios de renovables, dado el elevado volumen de deuda de Algonquin y las críticas de un fondo activista presente en su accionariado (Starboard Value). Ahora se ha conocido que el comprador del citado 42,5% será el fondo Energy Capital Partners (ECP) y otros socios institucionales que han lanzado una oferta por Algonquin por unos 2.346 millones de euros. De esta forma, la eléctrica canadiense, que se gastó más de 952 millones de euros (877 millones de euros al tipo de cambio actual) para entrar en Atlantica, saldrá por unos 1.000 millones... y la burbuja especulativa y verde con las renovables seguirá creciendo.