Grifols vuelve a ser noticia… si es que, en algún momento, desde el pasado 9 de enero, ha dejado de serlo.

La compañía ha anunciado el nombramiento de un nuevo presidente de su unidad de negocio Biopharma, Roland Wandeler, y a Camille Alpi, como nuevo director de recursos humanos.

Wandeler tiene una larga experiencia en la industria biofarmacéutica, y Alpi es un ejecutivo que actualmente ya trabaja para Grifols en su sede de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

Los predecesores de Wandeler y Alpi, Joel Abelson y Montse Gaja, respectivamente, se marchan porque se jubilan.

BlackRock ha aumentado su participación en la compañía, tímidamente, eso sí, hasta el 4,189% desde el 4,142%

Estos cambios, que, según los expertos, refuerzan el comité directivo de la empresa, son el último capítulo de una reestructuración que Grifols ha venido acometiendo en el último año y medio, y que tiene como objetivo, especialmente ahora, apartar la familia fundadora “para evitar conflicto de interés con las sociedades familiares”.

La empresa siempre ha estado presionada por su deuda y en el punto de mira de todos, inversores, fondos, accionistas… El pasivo actual asciende a los 11.060 millones, de los que 757 son a corto plazo y 10.299 a largo plazo. “La venta de su filial china (por 1.600 millones) le ayudará a cumplir con los compromisos de pago de este año pero…para 2025,  Grifols y Scranton deberán asumir vencimientos por valor de algo más de 3.000 millones”, señalan desde XTB. Recordar que Scranton es la sociedad de la familia fundadora a través de la que controla un 8,6% del capital.

Así que, el riesgo se centra en la refinanciación de los siguientes vencimientos además de que siga sin generar un cash flow positivo. Hablamos de la capacidad que tiene una empresa de generar liquidez y, en consecuencia, de hacer frente a los pagos que van surgiendo.

En los últimos tres años el cash flow ha sido negativo.

Volviendo a los cambios en la cúpula de la compañía, el primer relevo de calado fue la salida del histórico Victor Grifols, en octubre del año pasado, que fue sustituido por Steven F. Mayer, como presidente ejecutivo, el primero fuera de la familia catalana.

Hasta que Grifols no aclare la situación financiera se verá perjudicada por el riesgo reputacional ante hipotéticas, operaciones de venta o financiación

Pero Mayer no estuvo ni seis meses al frente de la presidencia ejecutiva, cargo que cedió, en marzo de este año, a Thomas Glanzmann. Consejero de la compañía desde 2006 y vicepresidente del consejo desde 2017. 

La llegada de Glazmann supuso de facto una pérdida de poder para la familia Grifols ya que, al de presidente, sumó el cargo de consejero delegado de la compañía. Ya no hay dos CEOs, como era habitual, porque Víctor Grifols Deu y su tío Raimon Grifols Roura, son ahora director de Operaciones y director general corporativo, respectivamente.

Se especula, además, que los Grifols negocian con el consejo de administración seguir cediendo poder, en concreto, y en lo que tuviera que ver con las decisiones estratégicas para que, los grandes inversores internacionales, volvieran a confiar en la multinacional. 

Y dicho y hecho porque, el fondo BlackRock ha aumentado su participación en la compañía, tímidamente, eso sí, hasta el 4,189% desde el 4,142%.

El desplome del valor, (desde que el informe Gotham se hizo público es del 30%), y el terremoto generado en el mercado por el informe y los posteriores acontecimientos, pudieran precipitar el cambio de estrategia en la cúpula de Grifols que ahora está pendiente, entre otros asuntos, del veredicto de la CNMV sobre el informe de Gotham contra la farmaceútica, y de la demanda que ha presentado en Nueva York contra el fondo bajista y su fundador, Daniel Yu, al que acusa de difamación, interferencia en los negocios y enriquecimiento injusto.

La deuda actual asciende a los 11.060 millones, de los que 757 son a corto plazo y 10.299 a largo plazo

En los últimos cinco días, los títulos de la compañía ha repuntado cerca de un 10%

“A pesar del reciente rebote en el precio de las acciones de Grifols, continúa habiendo dudas sobre la compañía”, explica Joaquín Robles, analista de XTB. Tres semanas después de la publicación del informe de Gotham City, los inversores no tienen claro si las cuentas publicadas durante los últimos trimestres reflejan la situación real de la compañía, especialmente la de su deuda. “Hasta que no aclare la situación financiera se verá perjudicada por el riesgo reputacional ante hipotéticas operaciones de venta o financiación. Aunque desde el inicio la empresa catalana negó las acusaciones, no ha refutado, de manera contundente, los puntos clave del informe. La posibilidad de que todo quede así, es perjudicial para la empresa, ya que las dudas seguirán sobrevolando a pesar de que logre mejorar sus resultados”.