Planta de Bioenergía de Cepsa, situada en el Parque Energético San Roque (Cádiz)
Cepsa, en su compromiso por impulsar la descarbonización del transporte marítimo y fomentar la economía circular, ha realizado con éxito la primera prueba en España de biocombustibles avanzados (2G) en uno de los barcos que utiliza la compañía, el Montestena, propiedad de Ibaizabal, durante varias semanas de navegación. Así, Cepsa refuerza su posicionamiento como referente de la transición energética y líder nacional en el suministro de energía al transporte marítimo, un mercado en el que cuenta con más de 90 años de experiencia y presencia en más de 60 puertos de la geografía española.
Cepsa ha querido probar la eficacia de este biocombustible, producido a partir de aceites usados (con certificado de origen sostenible de ISCC) y combustible de muy bajo azufre (VLSFO, por sus siglas en inglés), en su propia flota antes de comenzar a comercializarlos a sus clientes.
El biofuel utilizado en la prueba fue cargado en la planta de Bioenergía de Cepsa, situada en el Parque Energético San Roque (Cádiz), y suministrado por una de las embarcaciones que la compañía utiliza en sus operaciones de bunkering en la bahía de Algeciras. Previamente la compañía había sometido este biocombustible a análisis y ensayos en su Centro de Investigación para verificar que cumple con todas las especificaciones y estándares de calidad.
Los resultados de esta prueba han demostrado un óptimo funcionamiento y rendimiento de los motores. De esta manera, la compañía ya está preparada para ofrecer estos biocombustibles avanzados a sus clientes del sector marítimo, quienes ya han mostrado interés.
Esta prueba confirma la seguridad y viabilidad técnica del empleo de biocombustibles avanzados en el transporte marítimo
Carlos Giner, director de Bunker de Cepsa, ha destacado la importancia de este hito para la transición energética de nuestro país: “Esta prueba confirma la seguridad y viabilidad técnica del empleo de biocombustibles avanzados en el transporte marítimo, un sector que tiene la ambición de descarbonizarse y para el que estamos preparados para abastecer de estos nuevos combustibles sostenibles. En Cepsa, ponemos toda nuestra experiencia para que los biocombustibles sean una alternativa sostenible del presente, avanzando en paralelo en nuevas tecnologías que permitan descarbonizar este sector en el futuro, como el amoniaco verde, el e-metanol o el biogás”.
Javier Antúnez, director de Biocombustibles de Cepsa, ha señalado que “esta solución demuestra al mercado que los biocombustibles de segunda generación se pueden usar como combustible directo para ayudar a la industria a cumplir sus objetivos de reducción de emisiones, y que su implementación es viable en el corto y medio plazo. Supone un paso importante en el avance del biocombustible marino y el transporte de vehículos respetuosos con el medioambiente; el objetivo ahora es analizar las posibilidades de aumentarlo de forma sostenible y competitiva”.
El biocombustible se puede utilizar en los buques sin realizar modificaciones y tiene como característica que está prácticamente libre de óxido de azufre (SOx) y con un elevado potencial de reducción de las emisiones de CO2 frente a los combustibles fósiles habituales. Mediante la utilización de estos biocombustibles se puede llegar a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de todo el ciclo de vida -desde la producción del combustible hasta su uso a bordo del buque (well-to-wake)- hasta en un 85%, en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.
Este avance se enmarca en el plan estratégico 2030 de Cepsa, ‘Positive Motion’, mediante el que la compañía impulsa la descarbonización del transporte pesado (marítimo, aéreo y por carretera) a través de la producción de moléculas verdes, principalmente biocombustibles e hidrógeno verde. En concreto, Cepsa aspira a liderar en 2030 la fabricación de biocombustibles en España y Portugal, con una producción anual de 2,5 millones de toneladas.