Antonio Brufau ha pedido apostar por los combustibles renovables en España para no frenar en descarbonización y que afloren inversiones. Todo ello, un día después de que Pedro Sánchez presumiera del ruinoso hidrógeno verde y de un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de imposible cumplimiento.

En un evento de la Fundación Repsol titulado ‘Combustibles renovables, pilar para la descarbonización y la sostenibilidad energética’ para presentar una cátedra con la Universidad Carlos III, el presidente de Repsol ha subrayado que el sector petroquímico es “un pilar esencial” para escalar la producción de los combustibles renovables y “acometer las inversiones millonarias” que se necesitan, y que el refino tiene un efecto tractor sobre otros sectores. Por ello, ha aludido a que “el evitar o excluir” estos combustibles neutros en carbono “destruiría capacidadesindustriales españolas y europeas” y “mermaría la autonomía energética europea y española”, corriendo el riesgo de “nuevas y peligrosas dependencias” como ha pasado con la fotovoltaica y la eólica, una industria que casi “ha desaparecido de aquí y se ha trasladado a China”.

El presidente de Repsol advierte que “evitar o excluir” estos combustibles neutros en carbono “destruiría capacidades industriales españolas y europeas” y “mermaría la autonomía energética europea y española”, corriendo el riesgo de “nuevas y peligrosas dependencias”

Brufau ha referido que Europa lleva años permitiendo el crecimiento de China, externalizando su defensa a EEUU (algo que incluye tecnología, industria y energía) y confiando su suministro a Rusia pensando que siembre sería un socio fiable. Tras el Covid, la guerra de Ucrania y los numerosos desafíos geopolíticos, “afortunadamente Europa ha empezado a reaccionar para recuperar su competitividad perdida”, pues China ha ganado diez puntos de peso en la economía mundial y EEUU cuatro, mientras Europa ha perdido ocho. Y no hay que perder de vista el informe elaborado por Mario Draghi, donde se recoge que “Europa se enfrenta a un desafío existencial”.

Biocombustibles avanzados

 

Biocombustibles avanzados

En este contexto, Brufau considera que se debe “abandonar la ideología para pasar a hablar de tecnología y ciencia” y que “no podemos cerrar la puerta al motor de combustión interna, especialmente cuando este motor puede evolucionar y reducir significativamente sus emisiones gracias a la tecnología, los combustibles renovables, los biocombustibles avanzados y también en un futuro al hidrógeno verde”.

El presidente de Repsol ha insistido en que en la transición energética “no existe una única solución, sino que todas son necesarias” y “no podemos permitirnos descartar ninguna de ellas si queremos que nuestros hijos y nuestros nietos tengan un futuro como el que hemos tenido nosotros”. De hecho, los combustibles renovables son necesarios para reducir las emisiones en el transporte y “eliminarlos encarecería todas las formas de movilidad que no pueden usar electrones”, como por ejemplo la aviación. Es “imprescindible que los decisores públicos abandonen conceptos ideológicos y habiliten entornos en los que puedan desarrollar y escalar inversiones para todas las opciones tecnológicas que contribuyan a reducir las emisiones en el transporte”, lo que implica “una regulación regulación estable e inclusiva y ayudas enfocadas desde la neutralidad”. “Hay que hacerlo bien, con sentido común, políticas regulatorias coherentes, rigor, ciencia…”, ha añadido.

Recuerden que tras el fin del impuestazo energético, Repsol reactivó las inversiones en España: más de 800 millones para la Ecoplanta de Tarragona, donde transformará residuos urbanos en metanol renovable... que se podrá usar como combustible en el transporte y en productos circulares. Asimismo, cabe recordar que hace casi un año elevó su apuesta por los combustibles renovables con la compra del 40% de tres plantas de Bunge y que este tipo de combustibles tienen el respaldo de los sectores del transporte terrestre, aéreo y marítimo, y de otras muchas empresas, porque son una forma de descarbonización rentable y la electrificación no es la única opción