Ojo con las palabras del gobernador, perdón, presidente, del Banco Central Europeo (BCE), la francesa Christine Lagarde, en la reunión de banqueros centrales celebrada en la localidad portuguesa de Sintra: sí, habrá fragmentación, es decir, ayuda a la deuda pública de los países del sur, sobre todo, Italia y España. Sí, el BCE seguirá comprando el bono español o el italiano pero, ojo, con "condiciones".

No hace falta ser muy listo para saber que cuando Francfort y Bruselas miran hacia la envejecida población del sur de la Unión, están pensando en la nómina de los jubilados. El último mes, la nómina de las pensiones contributivas superó los 10.800 millones de euros. Ahora,  multipliquen eso por 14 pagas y contemplen el ritmo de incremento del coste de la jubilación para el contribuyente.

Encima, los bancos centrales han alcanzado un consenso: aunque destrocen el crecimiento, van a por la inflación

Y encima, observen cómo la promesa electoral en la que Sánchez confía para remontar electoralmente, es la de subir las pensiones según el IPC. La verdad es que no se suben según el IPC, ni de coña. El IPC subió en España durante 2021 un 5,6% pero las pensiones se subieron para 2022 en ese porcentaje sino el 2,5%. Es igual, otro engaño de Sánchez, pero lo cierto es que lo sigue vendiendo como una realidad y ha subido más las pensiones, es decir, nos ha aproximado a nuestra ruina, más que Mariano Rajoy.

En cualquier caso, no hace falta ser muy listo para saber que, sea cual sea el mecanismo elegido por el BCE para su "fragmentación" es decir, para dar salida a una deuda pública sureña que, al menos en el caso de España, como haya que venderla con más interés, simplemente nos va a hundir. Si el BCE nos la sigue comprando, el mercado tendrá que conformarse con una menor remuneración.

Y es que Pedro Sánchez es el prototipo de político irresponsable, que, ante cualquier problema económico, todo lo que se le ocurre es emitir deuda pública, aprovechando la era de los tipos bajos... que ya ha muerto.

En cualquier caso, a lo importante: la condición no puede ser otra que la de 'arreglar' el quebrado sistema público de pensiones públicas que tenemos en España.

La peor semana económica de Sánchez coincide con su mayor triunfo propagandístico como anfitrión de la OTAN

Evidentemente, los hijos que no tuvimos no van a nacer mañana y el envejecimiento de la población española requiere tanto medidas estructurales (fomentar la natalidad) como medidas coyunturales (retrasar la edad de jubilación).

En Europa aterra que España esté pagando a sus jubilados con deuda pública. Como todo va a al fondo común del Estado la respuesta a esa pregunta puede ser positiva o negativa. Pero da igual: el caso es que un país no puede mantener ese coste en pensiones y seguir endeudándose. Eso se llama quiebra y rescate.

El rescate consiste en que Europa te diga dónde debes recortar y a la fuerza. La alternativa es que el recorte -ya saben, el "austericidio"- te lo hagas tú mismo.

En definitiva, lo más probable es que Christine Lagarde hablara de pensiones cuando habló de "condiciones". Dicho de otra forma: lo lógico sería retrasar la edad de jubilación... y a lo bestia.

Encima, los bancos centrales europeos y estadounidenses han alcanzado un consenso: aunque destrocen el crecimiento, van a por la inflación. El ciclo ha cambiado.

Y todo esto quiere decir que la peor semana económica de Sánchez coincide con su mayor triunfo propagandístico como anfitrión de la OTAN. Propagandístico, digo, dado que la Cumbre de la OTAN, en sí mismo, ha resultado un fracaso de Occidente.