Hace un año, cuando el BBVA lanzó la OPA hostil sobre el Sabadell, el Gobierno manifestó inmediatamente su rechazo a la operación, tanto en la forma como en el fondo, y alertó sobre “potenciales efectos lesivos” de la misma. Además, dejó claro que tendría la última palabra y que podría tumbar las aspiraciones del BBVA si atentaban contra el bien común. Fue un posicionamiento contundente.
Ahora bien, el discurso gubernamental, principalmente el del ministro Carlos Cuerpo, se fue suavizando a medida que se acercaba la fecha del dictamen, en segunda fase, de la CNMC. Así, el rechazo inicial se convirtió en mera “preocupación” -marzo de 2025- para terminar diciendo que todas las opas presentan “las mismas preocupaciones” y que el Gobierno se pronunciará con “toda normalidad”. Así se expresó el viernes 2 de mayo el ministro Óscar López, en una entrevista en TVE.
En esta línea, la ministra Diana Morant afirmó el mismo viernes que el Gobierno “siempre va a defender el interés general” y que había que tener “mucha prudencia”. O sea, todo obviedades y ningún rechazo.
Ni siquiera Salvador Illa se mostró especialmente contrariado tras el visto bueno de la CNMC. El president de la Generalitat habló de “un modelo bancario arraigado en el país, en su tejido empresarial y en sus empresas, con un compromiso social”. En definitiva, no dijo nada concluyente. Además, lo de arraigado en el país casa perfectamente con el pacto amistoso que busca Moncloa.
De lo que nadie duda es de que Carlos Torres tendrá que mejorar la oferta y hacerlo, además, en metalico. Y lo hará, aunque insista en lo contrario, a no ser que que realmente no quiera quedarse con el Sabadell
En Junts no están de acuerdo. “Nos oponemos sin matices, del todo”, afirmó en la tarde del viernes el secretario general del partido, Jordi Turull, quien exigió al Gobierno Sánchez frenar la operación.
Un día antes, el jueves 1, Yolanda Díaz se mostró mucho más dura: “El Gobierno tiene que parar esta operación, tiene la última palabra en esta materia”, sentenció. Pero todos sabemos, a estas alturas de la película, que la opinión de Yoli sobre el asunto no es importante.
De lo que no duda nadie es de que Carlos Torres, presidente de BBVA, tendrá que mejorar la oferta y hacerlo, además, en efectivo. Y lo hará, aunque insista en lo contrario, a no ser que realmente no quiera quedarse con el Sabadell.